FINANZAS › EL BANCO CENTRAL INTENTA FRENAR LA CAIDA DEL DOLAR
El verde que se destiñe
Pese a los esfuerzos oficiales de detener el retroceso del dólar, al eliminar ciertos controles, el consenso en la city es que el tipo de cambio seguirá bajando.
› Por Claudio Zlotnik
A pesar de los esfuerzos del Gobierno y del Banco Central, el escenario parece inevitable: el tipo de cambio real continuará hacia abajo. En esta columna de la semana pasada se calculó que, tomando en cuenta la falta de competitividad de la economía en la última etapa de la convertibilidad, por la cual se fijó en 1,40 pesos el tipo de cambio en enero de 2002, y el mix de inflación mayorista y minorista desde entonces, el dólar debería ubicarse en 2,65 pesos. Lo cierto es que existen otras razones para proyectar una paridad más débil que la deseada por el Gobierno.
Las últimas medidas tomadas por el Central fueron tibias: tienen el objetivo de que el dólar reaccione en lo inmediato para que no se desmorone la pauta fiscal en el tramo final de la administración.
El panorama indica que tras la sobrerreacción inicial, la devaluación debería moderarse. La apuesta oficial fue que ese proceso se daría en forma gradual, con la inflación ganándole terreno al dólar. Pero no fue así. El propio jefe del BC aguarda una inflación de un solo dígito para el próximo año, una vez que se reacomoden las tarifas y los salarios. Con los precios contenidos, el tipo de cambio real se equilibrará a través de una caída del dólar. Es lo que está sucediendo.
Cualquier medida de la autoridad monetaria parece insuficiente para detener esta tendencia. Para los próximos meses se esperan ingresos de 1400 millones de dólares mensuales sólo por la cosecha gruesa que acaba de iniciarse. En el propio organismo oficial razonan que, a menos que se permita a los exportadores de granos dejar las divisas en el exterior, ese caudal de dólares mantendrá a raya a la paridad.
En este contexto, la función del Central parece acotada a suavizar la tendencia bajista, pero no a contenerla. En algunos despachos de Reconquista 266 sospechan que existe un valor psicológico del dólar: 2,80 pesos. Ese es el precio que le puso Alfonso Prat Gay no bien asumió a fines de 2002. Incluso hay directores del BC que presumen que esa barrera podría perforarse, y la moneda estadounidense caer hasta los 2,50/2,60. En ese caso, además del tema fiscal, existe preocupación por la reacción que mostraría el dólar una vez renegociada la deuda pública.
El límite más importante a la baja del dólar lo pone Brasil. En estos momentos, el tipo de cambio real de los dos países se encuentra igualado, con una tendencia bajista en ambos lados de la frontera. Durante el período 1994-1998 hubo una convergencia cambiaria entre la Argentina y Brasil, y lo más probable es que ahora ocurra lo mismo.