FINANZAS › DEFINEN NUEVAS REGLAS DE JUEGO DEL SISTEMA
El dólar duerme la siesta
En la city no vislumbran un horizonte complicado con el dólar. Con tendencia a la baja de las tasas adelantan el regreso del crédito. En ese escenario, se va a ir reestructurando el sistema financiero.
Por Claudio Zlotnik
En la agenda del próximo ministro de Economía no figurará el dólar como un obstáculo para el corto plazo. Existen distintas razones para argumentar que el tipo de cambio jugará un papel políticamente correcto, al menos en los primeros pasos de la futura administración. El desafío, en todo caso, será la estrategia que ponga en marcha el titular de Hacienda, en concordancia con el Banco Central, para regenerar el crédito lo antes posible. Es la clave para volver a una economía en crecimiento.
Con 700 o 750 millones de dólares de liquidación en el mercado por parte de los exportadores no hay razones para pensar en un tipo de cambio en alza. Más bien todo lo contrario. En el pacto de palabra sellado en Washington hace un par de semanas, Alfonso Prat Gay se comprometió a limitar la emisión de pesos para comprar billetes verdes. En promedio, no más de 750 millones de pesos cada mes. Apenas un tercio de lo liquidado por los exportadores.
La cuestión pasa por saber si esta calma en la paridad tendrá correlato con un descenso de las tasas de interés y en un aumento del crédito. Ni el proceso electoral ni la apertura del corralón dispararon el costo del dinero. Mientras tanto, el stock de préstamos bancarios al sector privado sigue cayendo. Sin contar la porción dolarizada, que representa apenas la décima parte del total, la caída del último mes fue de 584 millones de pesos. Y de 10.400 millones en 12 meses. En la actualidad, el stock se encuentra en 27.750 millones de pesos.
Con las tasas de interés pasivas cercanas al 20 por ciento anual es improbable un resurgimiento del crédito. Es verdad que una política monetaria más laxa, menos ajustada a los mandatos ortodoxos que bajan desde el Fondo Monetario, podría ayudar a una recuperación más rápida. Pero también es cierto que el escenario se definirá con las nuevas normas regulatorias que dicte la autoridad monetaria.
Existe consenso entre el Banco Central y la mayoría de los financistas de que las estrictas reglas de Basilea Plus fueron una traba para el financiamiento bancario. Y resultaron incapaces para impedir la crisis sistémica que acompañó al colapso de la convertibilidad.
Los banqueros ya diseñaron su propia agenda. La que presentarán no bien asuma el nuevo Presidente. Los bancos de capital nacional, que se presentan como los nuevos reyes del sistema financiero, prometen una expansión del crédito por el conocimiento que tienen sobre el funcionamiento de la economía. En los papeles, una ventaja comparativa frente a sus colegas de la banca extranjera. Pero el partido comenzará a jugarse cuando el Central anuncie las nuevas reglas. Esta vez no puede haber fallas. Habrá una economía sana recién cuando reaccione el crédito a las empresas y particulares.