FINANZAS › FUERTE RETROCESO DEL ACTIVO DE REFUGIO Y ULTRACONSERVADOR EN EL úLTIMO AñO
La cotización del oro descendió casi 38 por ciento el año pasado. Esto significó la reducción en unos 1000 millones de dólares en el stock de reservas del Banco Central. Analistas del sector no esperan un repunte para el 2014.
› Por Cristian Carrillo
El oro es considerado por los especialistas como un activo financiero de refugio y una alternativa muy conservadora de inversión. Pero desde hace unos años que dejó de cumplir con esas características. Tras alcanzar el 22 de agosto de 2011 su máximo histórico de 1900,70 dólares la onza troy (31,1 gramos) en Wall Street comenzó su descenso hasta los 1229,50 con que cerró el año pasado. En el transcurso de 2013 retrocedió 37,3 por ciento. La baja había comenzado un año antes, pero una recaída de la crisis en las economías europeas lo volvió a instalar como opción de inversión. Esa apuesta hacia el oro en plena debacle financiera global gestó también una burbuja en su cotización. La caída, según señala el economista Nouriel Roubini en su artículo “After the Gold Rush”, continuará este año. Para la banca central argentina implicó una pérdida superior a los 1000 millones de dólares en reservas por la tenencia de oro.
El oro representa el 7 por ciento del total de activos que componen las reservas internacionales del BC. Esa cantidad le permitió al organismo monetario acumular una diferencia que engrosó el stock de reservas internacionales respecto de los 400 dólares por onza de hace diez años, cuando adquirió 1,7 millones de onzas. En 2011 compró otras 220 mil onzas a una cotización de 1625 dólares. En el actual escenario de baja el Central tiene la opción de protegerse en el mercado de derivados frente a fluctuaciones en el precio con el fin de proteger las reservas. El mecanismo de cobertura limita las ganancias frente a una suba muy aceleradas pero también las pérdidas. Actualmente, el BC no tiene activa esta opción.
El retroceso de la cotización del oro se focalizó en el primer semestre del año pasado, con una baja de 26,9 por ciento, provocada por una política monetaria extremadamente laxa de la Reserva Federal. El dinero barato había estimulado en un principio la demanda de oro ante la debilidad que exhibía el dólar y el euro por la fuerte emisión de parte de sus respectivas bancas centrales. El resultado financiero por tenencia de oro en los últimos tres años fue negativo en más de 10 por ciento y en cinco años, positiva en 50 por ciento. A inicios de 2009 el precio del oro era de 800 dólares la onza y llegó a 1900 a mediados de 2011. Desde entonces la tendencia fue a la baja. En el medio hubo bruscas oscilaciones que estimularon aún más los negocios especulativos sobre el metal precioso, como los denominados Exchange Traded Funds (ETF), papel que refleja el comportamiento de un activo.
El ajuste abrupto y los actuales precios los ubican cerca de sus costos de extracción y producción. Con un precio cercano a los 1150 dólares, el 44 por ciento de la producción minera incurriría en pérdidas operativas, señala un informe de Société Générale. “Si esto se materializara en 2014, muchas explotaciones mineras cerrarían por falta de rentabilidad”, señala el banco francés. El costo de producción de oro se ubica en unos 750 dólares la onza en términos medios de 2012 (actualizados). Si se suman 200 dólares por onza de depreciación del capital, el costo marginal de producir una onza de oro se ubica en 950 dólares.
De todos modos, el oro siempre mantiene su demanda por ser considerado un activo de refugio. Ejerce una fascinación en toda época y lugar y es utilizado como medio de pago y reserva de valor. Este último rol histórico es el que se encuentra actualmente en discusión.
Analistas del sector afirman que esa cobertura sólo es posible si se invierte con un horizonte de más de diez años. Una reserva de valor requiere de cierta solidez en sus fundamentos, que el oro hoy no evidencia. A la caída en la producción de oro se suma que los principales fondos financieros que cotizan metales preciosos en ETF iniciaron una venta de lingotes y monedas equivalente a 100 toneladas mensuales. Estas ventas se intensificaron luego de que la Reserva Federal anunciara a fin de año una reducción en el ritmo de compras mensuales de activos riesgosos. De esta manera, este año se inicia una transición gradual hacia el fin de la era de liquidez, lo que fortalece al dólar y mantiene controlada la inflación. Esto reduciría la demanda de oro.
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