FINANZAS › CONTROL LIGHT DE LOS CAPITALES FINANCIEROS GOLONDRINAS
Jaula con puertas abiertas
Con el anuncio del control a los capitales golondrinas, los financistas reaccionaron negativamente. Cuando se difundió la reglamentación se reveló que fue una señal política a la city.
Por Claudio Zlotnik
Financistas y agentes de Bolsa respiraron aliviados. El suspiro fue cuando descubrieron que la reglamentación sobre los controles a los capitales especulativos no los involucraba. La decisión del Gobierno fue dejarles a los operadores locales el corazón de su negocio intacto. En cambio, quienes sí quedaron limitados en su movimiento fueron los inversores extranjeros. Así planteada, la medida –anunciada por el Gobierno con toda la pompa– tendrá un impacto muy restringido. Lo cierto es que, al menos por ahora, el apetito de los inversores extranjeros en los activos de corto plazo argentinos es insignificante.
Por eso debe entenderse que, cuando Roberto Lavagna mencionó la alternativa de endurecer los controles en un futuro, no se refiere tanto a las ya tomadas sino a la posibilidad de involucrar también a los capitales de los residentes. En el escritorio del ministro existe una carpeta con un estudio sobre lo que hizo Chile al respecto, imponiendo un encaje al movimiento de capitales equivalente al 30 por ciento.
La intención oficial, entonces, tuvo una motivación política. Hubo un mensaje para la city: se quiso dar una señal contundente a los financistas locales de lo que el Gobierno es capaz de hacer para abortar el circuito especulativo. Y otro para el resto de la sociedad: a diferencia de los años ‘90, el capital financiero dejó de ser el favorecido.
Pero detrás de esa medida subyacen dos cuestiones relevantes: el Banco Central ya había limitado la bicicleta financiera aplicando una sensible caída de las tasas de interés y, además, Lavagna pensaría dos veces antes de tomar una medida que limite la demanda de divisas. A nadie escapa que el fuerte superávit comercial presiona a la baja al tipo de cambio, que es el efecto contrario al buscado por el Palacio de Hacienda para resguardar la competitividad de la economía.
No se trata de juzgar negativamente la intención de la medida. Pero lo cierto es que, a la hora de revisar los efectos de los controles impuestos, el resultado es categórico: hoy por hoy casi no existen ingresos de capitales de corto plazo. Al contrario, según los datos del Banco Central, compilados en su último informe por M&S Consultores, se notó una fuga de capitales golondrina durante todo el año pasado y hasta abril de 2003. En el trimestre febrero-abril, por ejemplo, salieron a razón de 29 millones de dólares mensuales. En cambio, se notó un leve cambio de tendencia en mayo y en junio pasados. La estimación es que habrían ingresado unos 115 millones de dólares en inversiones de corto plazo cada mes. Montos que, asumen en el propio Banco Central, aparecen como muy escasos para desequilibrar una economía.