FINANZAS › EL GIGANTE ASIáTICO RESPONDE A LA CAíDA BURSáTIL ESTIMULANDO LA ECONOMíA
La abrupta contracción de precios en la Bolsa de Shanghai fue asimilada por el gobierno chino con nuevas medidas para estimular el consumo y el ahorro interno, a contramano de las recetas neoliberales que Europa impone a Grecia.
› Por Cristian Carrillo
Entre mediados de junio y julio el principal índice de precios de acciones chinas, el Shanghai Composite, acumuló un retroceso de 32 por ciento. El desplome quedó opacado por la crisis en Grecia y su impacto político y económico para otros países de la Eurozona. Sin embargo, la situación en China podría ser más preocupante para la economía global de no haber atenuantes que impidan un contagio de la situación bursátil a la actividad real. Los principales paliativos, así como sucedió en nuestro país, implicaron una batería de medidas que buscaron sostener la demanda interna del principal consumidor del planeta y estimular el crédito bancario por sobre el bursátil, ubicándose en las antípodas del modelo de endeudamiento empresario y de familias estadounidense. También se intensificaron las supervisiones en el mercado financiero para evitar especulaciones con activos de corto plazo para desestabilizar los precios de las acciones.
Si bien en los últimos días el Shanghai Composite Index registró una leve recuperación de entre 5 y 6 por ciento, la caída hasta la primera quincena de este mes constituyó la peor racha negativa desde 1992 y se ubicó en su mínimo nivel desde 2008. El total de pérdidas durante esas cuatro semanas representó una caída de capitalización bursátil de unos 2,5 billones (millones de millones) de dólares, el equivalente al 25 por ciento de su PIB. Entre las acciones que se aplicaron para sosegar la situación, las empresas recompraron una parte de su paquete accionario, mientras que la banca anunció que mantendrá una política monetaria acorde para mantener el crédito. Por su parte, la Comisión Reguladora de Valores de China inició una investigación sobre manipulación ilegal en los mercados, dado que se estima que el índice chino fue inflado en un 15 por ciento en el último ejercicio anual.
Una caída de la economía china –y principalmente de su consumo– podría dañar gravemente la economía global. Esto quedó reflejado en los precios de las materias primas, que bajaron como acto reflejo a los temores de una menor demanda del gigante asiático. Sin embargo, en los últimos cinco años el gobierno chino aplicó una batería de medidas para fortalecer la demanda interna y financiar la oferta. Esto se dio luego de la experiencia que les dejó la crisis de las hipotecas subprime, donde se vieron resentidas sus exportaciones debido a la contracción de la demanda global.
Ese paquete de medidas le permitirá capear un eventual contagio de lo que sucedió en la Bolsa en su economía real. Por el lado de la demanda, en China las familias concentran la mayoría de su riqueza financiera en depósitos a plazo en los bancos. “Las acciones representan menos del 10 por ciento de su riqueza financiera. Por ende, la caída de las acciones no va a causar una desaceleración significativa en el consumo”, señaló a Cash Leonardo Bazzi, responsable de Research de Puente. Esta situación es diametralmente opuesta a lo que sucede en Estados Unidos, donde el ahorro de las personas y pequeñas empresas se focaliza en el mercado accionario resintiéndose su poder adquisitivo con cada baja en los precios de este tipo de papeles.
Desde el punto de vista de la oferta, las empresas chinas dependen más del financiamiento bancario que del mercado de capitales. Los bancos concentran el 65 por ciento del financiamiento al sector privado. En cambio, en Estados Unidos el financiamiento se reparte en un tercio en bancos, otro tercio en acciones y el restante en bonos. “A esto se suma que el Banco Popular de China está aplicando una política monetaria expansiva (recortó la tasa de interés cuatro veces desde noviembre del año pasado), lo que redujo el costo financiero de las empresas. Esta disminución puede evitar una caída abrupta de la inversión”, detalló Bazzi. Si bien el crecimiento chino estuvo apuntalado por la inversión de las empresas, el objetivo del gobierno es seguir orientando su política a fortalecer el consumo. Estimaciones privadas prevén para este año un crecimiento de la economía china de entre 6,5 y 6,9 por ciento, y de entre 6,2 y 6,7 por ciento para el próximo.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux