La trufa negra de Perigord es un hongo comestible conocido en la gastronomía como el diamante negro, por su gran valor internacional. Su precio oscila entre los 2500 y 3000 dólares el kilo, según el momento del año. Los principales productores son España, Italia y Francia. Un grupo de emprendedores argentinos encabeza el primer fideicomiso para invertir en trufas negras a cosecharse en 2017. El proyecto aparece como una opción accesible para pequeños y medianos inversores, debido a que no exige un monto de ingreso elevado, se puede pagar en cuotas y promete una renta de 12,8 por ciento en dólares. Como este ejemplo, la creatividad en los mercados parece inagotable, pero la pulsión sobre el dólar por momentos no deja apreciar las distintas alternativas financieras a las que puede acceder un ahorrista sin recurrir a la compra del billete verde. Cash hace una enumeración, incompleta, de diez instrumentos u opciones de inversión en pesos.

La mayoría de las alternativas se puede adquirir en bancos o sociedades de Bolsa. El Fideicomiso Financiero es una opción para el pequeño ahorrista, con rendimientos que se ubican por encima de un plazo fijo convencional y con un riesgo mínimo. Los FF cuentan con un mercado secundario, lo que permite vender la posición en caso de necesitar dinero. Nacen de empresas de consumo que venden a crédito y luego arman un paquete con las deudas a cobrar a los consumidores y lo entregan a los inversores. El segundo es el plazo fijo. Es una opción tradicional y conservadora que en los últimos meses, a partir de una serie de medidas oficiales, recuperó atractivo, con tasas de interés que empiezan en el orden de 23 por ciento anual a 30 días.

Desde la Comisión Nacional de Valores se trabaja además en alternativas que incluyan a las pequeñas y medianas empresas. Una tercera posibilidad son los Cheques de Pago Diferido, un instrumento que nace a partir de empresas que descuentan cheques en la Bolsa. Estos se dividen en avalados y patrocinados, a los que se accede a través de la Bolsa. También cuentan con un mercado secundario. Entre las posibilidades conservadores se suma como cuarta opción la Letra, generalmente emitidas por los gobiernos, principalmente provinciales. También hay letras y notas del Banco Central, que pagan en promedio un 27 por ciento anual. Son papeles de renta fija que cuentan también con un mercado secundario para su liquidación.

Entre las opciones más volátiles se pueden mencionar –como quinta– a los títulos públicos, emitidos por el Estado nacional o provincias. Además está la opción de obligaciones negociables, similar a los bonos de deuda pública pero de empresas. Entre las distintas series que ofrece el mercado de títulos, los denominados dollar linked, atados a la variación del tipo de cambio, son los más buscados por estos días. También hay papeles que pagan en dólares físicos a su vencimiento. Los bonos acumulan un alza en el año de hasta 30,5 por ciento. Más volátil, la sexta opción son las acciones. Las líderes acumulan hasta el momento una ganancia de 30 por ciento, aunque algunos papeles ya duplican los valores invertidos a principio de año.

Para quienes quieran operar con acciones de empresas extranjeras existen los Cedear (séptima alternativa). Se compran en pesos en la Bolsa y cotizan en su mayoría en Estados Unidos. El caso inverso son los ADR de empresas argentinas que cotizan en Wall Street. La lógica de la inversión es similar a la compra de una acción, pero permite acceder a los mercados internacionales.

Para quienes prefieran ver la inversión en un activo concreto se encuentra la posibilidad (octava) de invertir en bienes raíces e inmuebles (desde el pozo). En esta alternativa se incluye la compra de casas, departamentos, locales, terrenos y cocheras. Tienen que ser unidades nuevas, porque el mercado del usado se encuentra dolarizado. La opción más conservadora es la compra de oro, novena en la lista, a la cual se accede mediante la adquisición de lingotes o monedas. También se puede invertir en fondos de inversión especializados en metales. La décima alternativa, muy utilizada en los últimos tiempos, son los planes de autoahorro. Con una suba anual que promedia el 25 por ciento anual, la idea es suscribirse a un plan de autoahorro y luego venderlo antes o durante la etapa de adjudicación de la unidad.

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