El presidente Mauricio Macri justificó la postergación de la revisión del Impuesto a las Ganancias para los trabajadores, pese a ser uno de los ejes de su campaña, con el argumento de que se requiere un largo debate. El sistema tributario argentino necesita una profunda revisión, que ataque el carácter regresivo de algunos impuestos, pero eso no es lo que está en los planes del gobierno de Macri. Entre las primeras medidas implementadas se destaca una de carácter impositivo, que fue la eliminación de las retenciones a la exportación de granos, con excepción de la soja, para la que lo redujo en cinco puntos. La medida se implementó dentro de los primeros diez días de su gestión. Pero los trabajadores deberán esperar hasta el año próximo para saber si quedan eximidos de Ganancias.

El otro debate en materia tributaria pendiente es la posibilidad de gravar la renta financiera, una alternativa sobre la que Macri vacila, pero que es impulsada por otros espacios políticos. El incremento en el movimiento financiero que se espera resulte de la flexibilización y el desmantelamiento de los organismos de supervisión lo hacen atractivo para el erario público, pero esto implicaría una medida en contra de grupos concentrados, algo en lo que no se destaca hasta ahora este Gobierno.

En 2013 se reavivó el debate a partir de una iniciativa del diputado Héctor Recalde, que abrió el juego a diversos proyectos que buscan gravar la renta financiera con Ganancias. La propuesta de Recalde implicaba ravar toda compra-venta de acciones, distribución de dividendos, o plazos fijos, que superen un determinado valor. Para el abogado laborista el monto mínimo desde el cual se debería alcanzar la renta financiera es de 100 mil pesos, aunque otras propuestas ubicaban ese piso en los 300 mil. La propuesta eximía al pequeño ahorrista.

Las propuestas buscan desmontar parte de la liberalización del mercado financiero. Las críticas están enfocadas a los problemas que exigen una reforma impositiva integral. Un informe de CD&A Financial Service detalla el tratamiento impositivo actual en el mercado. La compraventa de bonos y el pago de amortización están exentos de Impuesto a las Ganancias, Bienes Personales e IVA. En el caso del mercado de acciones, se establece un impuesto a los dividendos del 10 por ciento cuando sean distribuidos a personas físicas. Este impuesto se aplicaría en base a un sistema de retención con carácter de pago único y definitivo para el resultado de la compraventa. Se encuentra exento para acciones con oferta pública.

Los instrumentos que más utilizan pequeñas y medianas sí tributan Ganancias y Bienes Personales, como la negociación con Cheques de Pago Diferido (ChPD). Las operaciones con caución también están gravadas.

Pese a que los funcionarios del equipo económico dejaron trascender que se trataría dentro del paquete de modificación tributaria la posibilidad de gravar las transacciones bursátiles, el presidente Macri había sostenido que no iba a impulsar la aplicación de un impuesto a la renta financiera”. “En un mondo globalizado, no podemos hacer cosas que los demás países no hacen”, justificó durante su candidatura. Estos impuestos se cobran en buena parte de los países desarrollados, como Estados Unidos o Europa, y también en la región, como Chile, principal referencia para el macrismo, y Brasil. También algunas economías del Sudeste Asiático han reimplantado impuestos sobre rentas financieras, entre los que se destacan los mercados de Tailandia y Corea del Sur. Según datos oficiales, el fisco no recauda por distinta exenciones en la renta financiero por Ganancias, unos 2000 millones de pesos anuales.

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