Dom 26.12.2004
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INTERNACIONALES › DETRAS DE LA REVOLUCION ELECTORAL EN UCRANIA

La interna naranja

Una compleja trama mafiosa se mueve detrás de la puja electoral de hoy en Ucrania, que puede derivar en un baño de sangre.

Por Pilar Bonet *

El este de Ucrania y el nacionalista moderado Viktor Yuschenko son más compatibles entre sí de lo que aseguran los agoreros. Si llegara a ser presidente tras las elecciones de hoy, Yuschenko puede entenderse con los oligarcas industriales de la región rusoparlante de Donetsk, que hoy apoyan al jefe del gobierno, Viktor Yanukovich. Eso, si no lo impiden los sectores interesados en torpedear ese entendimiento, que ya consiguieron sus propósitos en 2002 y 2003, al reventar las negociaciones que el hoy líder de la Revolución Naranja mantuvo por entonces con Rinat Ajmetov, el magnate de origen tártaro que después pasó a ser el principal apoyo de Yanukovich.
El pacto entre los clanes económicos que dominan las regiones de Ucrania, que están representados por diputados de la Rada y altos cargos de la administración, es básico para la estabilidad del país. El clan de Donetsk, surgido a partir de intereses industriales y mineros, el de la ciudad industrial de Dniepropetrovsk y el de Kiev, formado a partir de recursos administrativos, esperan las elecciones de hoy para reorientarse en función del poder. La campaña electoral de Yanukovich, que fue gobernador de Donetsk desde 1997 hasta noviembre de 2002, ha fomentado la idea de que Yuschenko no puede entenderse con el este de Ucrania. Sin embargo, Yuschenko y su equipo mantuvieron conversaciones con los barones industriales de Donetsk en 2002, antes de que Yanukovich fuera nombrado jefe de gobierno por el presidente Leonid Kuchma, e incluso en 2003, en busca de un acuerdo, para el que se hicieron diferentes diseños. El politólogo Dmitri Vydrin, que participó en aquellas negociaciones, cree que lo hubieran conseguido, de no haber sido por las intrigas de Kuchma y del jefe de su administración, el maquiavélico Viktor Medvedchuk. Yuschenko, juntamente con sus aliados, Piotr Poroshenko y Yulia Timoshenko, negociaron con Ajmetov para unir a los diputados controlados por ambos sectores en una mayoría en la Rada Suprema. Las negociaciones, que en última instancia tenían como fin apoyar a Yuschenko como presidente, se echaron a perder definitivamente cuando, por orden de Medvedchuk, se boicoteó un congreso que debía realizar Nuestra Ucrania (el bloque de Yuschenko) en Donetsk en octubre de 2003. Rinat Ajmetov, que procede de una familia minera, tiene un imperio metalúrgico, incluidas varias fábricas de tubos de oleoductos y gasoductos, e intereses hoteleros. Fanático del fútbol, preside además el club Shajtior de Donetsk.
Cuando Kuchma apostó por Yanukovich para sucederlo, los clanes de Donetsk perdieron los alicientes para pactar con Yuschenko y apostaron por su paisano, que como gobernador de la provincia había impuesto unas reglas de juego a los oligarcas que antes procedían anárquicamente. Al clan de Donetsk, además de Ajmetov, pertenecen Serguei Taruta, presidente de la Unión Industrial de Donbas (UID), Vitali Gaiduk, que fue vicepresidente del gobierno responsable de Energía con Yanukovich, y Andrei Kluyev, que dirige el comité de Energía de la Rada. Gaiduk fue el ideólogo de la UID. Este consorcio, creado en 1995, medró gracias a las operaciones de abastecimiento de gas, que permitían apoderarse de las empresas estatales tras llevarlas a la quiebra. A mediados de los ‘90, en el turbio mercado de compraventa de gas procedente de Rusia, se hicieron fabulosos negocios, y los de Donetsk compitieron allí con el Sistema Energético Unico de Ucrania (SEUU), una empresa dirigida por Yulia Timoshenko, que llegó a suministrar un tercio de todo el gas del país. Timoshenko es una representante del clan de Dniepropetrovsk apodada la princesa del gas por sus actividades en el sector energético. Su protector fue Pavel Lazarenko, el gobernador de Dniepropetrovsk, que luego llegó a primer ministro y hoy es juzgado en EE.UU. por fraude fiscal y lavado de dinero por valor de centenares de millones de dólares. Timoshenko ha sido detenida y acusadaen varias ocasiones de contrabando de gas, estafa, falsificación de documentos, pero nunca ha llegado a ser procesada y las circunstancias políticas interfieren en una valoración imparcial de las acusaciones. La fiscalía rusa ha recurrido a la Interpol para que faciliten su extradición como acusada de sobornar a varios generales del Ministerio de Defensa de Rusia en una transacción con esta entidad. A la competencia por el control del mercado del gas en Donetsk se atribuyen varios asesinatos ocurridos en 1995 y 1996, entre ellos el del presidente del club Shajtior, Ajat Bragin, en pleno partido de fútbol en 1995. Con Yanukovich como primer ministro, los oligarcas de Donetsk, que tradicionalmente miraban hacia Moscú, tomaron posiciones en Kiev y luego las reforzaron con el control de la política energética y la política de precios del carbón, así como con la creación de nuevas estructuras económicas para ampliar su influencia. Al clan de Dniepropetrovsk, pertenece, además de Timoshenko, el yerno del presidente Kuchma, Viktor Pinchuk, que tiene diversos negocios, entre ellos la corporación de inversiones Interpipe, varias fábricas metalúrgicas, empresas con los norteamericanos y medios de comunicación, entre ellos cuatro canales televisivos. Pinchuk privatizó junto a Rinat Ajmetov la mayor empresa metalúrgica de Ucrania hace unos pocos meses. Yuschenko ha asegurado que revisará la decisión si llega al poder. Con el clan de Kiev se asocian Viktor Medvedchuk, que antes de llegar a jefe de la administración hizo una brillante carrera de abogado y que según empresarios ucranianos está vinculado al sector de los servicios políticos y a diferentes empresas jurídicas, que pueden resolver ante la administración los problemas que resultan insolubles para otros. Con Medvedchuk forma tándem Grigori Surkis, de Odessa, que tiene intereses en la industria y que es la principal figura del club Dinamo de Kiev. No todos en Ucrania están vinculados con el fútbol, la energía y la metalurgia. Piotr Poroshenko, jefe del comité de Finanzas de la Rada y mano derecha de Yuschenko, es llamado el rey del chocolate por haber creado un imperio de fábricas de caramelos y tortas.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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