De acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Agricultura, la producción de aceite de oliva alcanzó las 25 mil toneladas y la de aceitunas, 90 mil toneladas. Así, la recientemente concluida campaña 2004/2005 marcó un record de ambas producciones, una excelente noticia para las economías regionales de la franja que comienza en Mendoza y termina en Catamarca y que por el este, en menor escala, se extiende hasta Córdoba y también Buenos Aires.

Uno de los datos más relevantes de esta campaña fue que la capacidad de procesamiento de las plantas que elaboran aceitunas en salmuera resultó desbordada, lo que favoreció que los excedentes del producto primario se destinaran a la elaboración del preciado aceite de oliva. Ello sucede en un momento en que el producto es favorecido por los altos precios internacionales. Grandes productores como España y Portugal sufrieron en la última campaña sequías e incendios los que, junto con la sobrevaluación del euro frente al dólar, se tradujeron en reducciones de la oferta exportable.

Los productores argentinos respondieron a las señales de precios y de demanda global y el aumento de la producción fue acompañado también por valores internos en alza. En ello también influyó la instauración de un derecho de importación de 0,99 dólares por kilo. Así, cuando los consumidores locales se acercan a las góndolas, encuentran que los precios subieron por encima de la inflación. El valor mayorista en 2004 era de 2,4 dólares el litro. El actual es de 3,2. Así, el litro de primera calidad puede llegar al consumidor final a más de 7 dólares. Para los aceites extravírgenes, que se obtienen de la primera prensada en frío, un litro es el resultado del procesamiento de entre 5,0 y 7,5 kilos de aceitunas. La variación responde a las distintas calidades de la materia prima según las regiones de origen del cultivo. El primer valor corresponde a algunas zonas de Mendoza; el segundo, a La Rioja.

En materia de comercio exterior las exportaciones también fueron record. Las ventas al exterior de aceite de oliva en el primer semestre del año fueron de 9,5 millones de dólares, de los cuales poco más de 6,5 millones correspondieron a la calidad extravirgen. En aceitunas de mesa las exportaciones superaron los 30 millones. Si se compara estos montos con los de otras producciones locales, se pone en evidencia que se trata de un sector que, a pesar de su fuerte crecimiento en la última década, se encuentra todavía en desarrollo.

Los principales mercados de destino fueron Brasil, hacia donde se dirige el 80 por ciento de las ventas de aceite extravirgen no fraccionado, y Estados Unidos, a donde va casi la mitad del fraccionado. Los fraccionados representan el 45 por ciento de las exportaciones. Otros mercados para el producto de mayor calidad son Emiratos Arabes, Suiza, Suecia y Japón. En el caso de las aceitunas de mesa, el 80 por ciento de lo exportado es a granel y su destino principal es otra vez Brasil. Los fraccionados también van principalmente a Estados Unidos.

De estos datos se desprende que Estados Unidos ya es el segundo mercado de destino detrás de Brasil y el primero cuando se trata de los productos de mayor valor agregado. La clave de la entrada a Estados Unidos fue y es la mayor competitividad de la producción local versus la europea. Para los productores argentinos, que prácticamente habían resignado el mercado interno en los ‘90 a favor de los productos europeos se trata de una situación completamente nueva.