AGRO › DEMANDA LABORAL INSATISFECHA EN EL SECTOR RURAL
Uno de cada cuatro productores agropecuarios tuvo problemas para contratar mano de obra calificada para sus establecimientos. La herencia de los noventa.
› Por Federico Simonetti
Un estudio del Indec revela que los productores del agro tienen problemas para conseguir mano de obra. El fenómeno es una consecuencia de la tecnificación y el desempleo de los ’90, que produjeron la desaparición de varios oficios y las migraciones del campo a la ciudad.
El 25 por ciento de los productores rurales que intentaron contratar personal tuvo problemas para conseguirlo, tanto en actividades calificadas como en transitorias o permanentes. El dato surge de un estudio sobre Disponibilidad de Mano de Obra en el Sector Agropecuario, publicado por el Indec. Aunque es sabido que la desaparición de las escuelas técnicas y de varios oficios tradicionales provocó escasez de trabajadores calificados en distintos rubros de la producción, es un hecho de suma relevancia que esta problemática afecte al campo, uno de los sectores más dinámicos de la economía y una de las locomotoras del crecimiento de los últimos años.
Según los números que maneja el Indec, el 52 por ciento de los casos de demanda laboral insatisfecha en el agro responde a tareas calificadas. La contracción y, en paralelo, la tecnificación experimentadas por varias actividades rurales durante la década pasada produjeron desocupación y una consecuente reducción de trabajadores con conocimientos específicos. “Si uno toma los datos del último Censo Nacional Agropecuario, en la Argentina desaparecieron 105.000 productores”, señaló Guillermo Gianassi, dirigente de la Federación Agraria. “Esto hizo que nadie se capacitara para lo que estamos viviendo ahora”, añade.
El resto de las búsquedas infructuosas señaladas por el Indec responde a actividades transitorias, que van desde la cosecha de un producto estacional hasta oficios específicos como alambreros, molineros, etc. En las entidades agropecuarias, una problemática común señalada tiene que ver con los trabajos de infraestructura en los campos. “En los ’90 nadie pudo renovar un alambrado porque estábamos luchando por subsistir. Hoy mucha gente quiere renovarlo para mayor seguridad del ganado y no hay alambreros o, si los hay, demoran mucho en hacer el trabajo por la cantidad de demanda que tienen”, explicó Gianassi.
Pero la falta de mano de obra en el campo no tiene una distribución equitativa en el territorio nacional. La provincia más perjudicada por esta problemática es Tierra del Fuego, donde el 58 por ciento de los establecimientos agropecuarios tuvieron dificultades en la contratación de trabajadores. En la lista de distritos más afectados le siguen: Jujuy, con el 56 por ciento; San Luis, con el 50 por ciento; Santiago del Estero, 45 por ciento; y Chubut, con el 44 por ciento. En estos casos el común denominador son establecimientos de explotación intensiva que requieren más trabajadores. Por otra parte, según el relevamiento del Indec, las actividades ganaderas son las que más problemas tienen para conseguir personal, donde una de cada tres búsquedas resultó infructuosa.
En el marco de la encuesta, los productores rurales fueron consultados sobre las razones de la dificultad para conseguir mano de obra. “La falta de disposición para trabajar porque existen fuentes alternativas de ingresos” fue la respuesta más común, con el 47 por ciento, y tiene que ver con la convicción de que a los beneficiarios de planes sociales no les interesa el empleo por bajos salarios. Un 38 por ciento opinó que “hay pocos trabajadores calificados para el desarrollo de tareas especializadas”, y un 15 por ciento señaló que “muchas personas que antes trabajaban en el sector pasaron a otras actividades”. Este último punto se explica por las migraciones internas ocasionadas por el desempleo reciente. “A fines de los ’80, en el Chaco se sembraban 1.600.000 hectáreas de algodón, ahora se siembran 100.000 hectáreas. Esa mano de obra, que venía a la cosecha desde Formosa, Santiago del Estero e incluso Paraguay, durante los ’90 se trasladó al Gran Buenos Aires, el Gran Rosario o el Gran Córdoba”, señaló un productor de esa provincia. Desde el Indec aseguran que la escasez de trabajadores en el campo existe, pero que su importancia está sobreestimada. Pese a que el 75 por ciento de los productores lograron contratar los trabajadores que necesitaban, el 62 por ciento de este grupo opinó que hay escasez de mano de obra. Y del mismo modo opinaron incluso aquellos productores que no realizaron búsquedas de personal. Estos números llevan al Indec a señalar en su informe que “cabe suponer que la percepción sobre la gravedad del fenómeno excede su dimensión real”.
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