Catastro
La Dirección Provincial de Catastro (DPC) releva por fotografías
aéreas los metros constituidos en las parcelas. Este método no
permite diferenciar una superficie cubierta de una semicubierta, ni puede leer
las características constructivas. Sólo permite estimar superficies
y comparar la relevada con la declarada por el contribuyente. La DPC comete
un grave error cuando define el avalúo de las parcelas tomando como base
lo leído en la fotografía. La DPC carga la base de datos catastral
con información dudosa por el método utilizado. Modifica así
la declaración jurada de los contribuyentes. Con este procedimiento ha
puesto en mora a contribuyentes. Otros contribuyentes hemos sido perjudicados,
sin haber realizado construcción, nos ha incrementado la superficie declarada,
habilitando a la Dirección Provincial de Rentas (DPR) a que intente cobrar
un impuesto mayor al debido. Los que advertimos este error nos enfrentamos a
dos soluciones: permitir que nos estafe el subsecretario de Ingresos Públicos
como responsable de conducir la funcionalidad de estas dos reparticiones o permitir
que esa misma organización robe nuestro tiempo en colas y gestiones improductivas
para enmendar semejante atropello. La DPC completa su irresponsabilidad al no
informar en el sistema catastral la iniciación del trámite correctivo
para que quede en suspenso el importe erróneo cargado, permitiendo así
que la DPR incremente el agravio al contribuyente enviándole cédulas
improcedentes, reclamando deudas inexactas y ejerciendo un abuso de autoridad
mientras dilapida innecesariamente el erario público al pretender cobrar
importes erróneos. ¿Quién controla el accionar de la DPC
y la DPR? ¿Quién aprueba sus procedimientos? ¿Se puede
agraviar a los contribuyentes por una presunción? No estoy equivocado
con este reclamo. El error es aceptar pasivamente la irresponsabilidad de nuestros
funcionarios. No me resigno a que esto siga sucediendo con tanta impunidad.
Nos merecemos más respeto.
Enrique Sabatte Paz
[email protected]
Equilibrio
Estoy, en principio, de acuerdo con lo expuesto por Alejandro Werber en “e-cash
de lectores” del 6/4/2003, y desde ya me sumo al “no compre productos
ingleses ni norteamericanos ni de sus multinacionales durante 20 años”.
Disiento con lo de “boicot” que indica un castigo. Yo soy partidario
de no comprar productos al país más rico, porque eso lo enriquece
más y le permite gastar más en tecnología y producir cosas
más avanzadas y atractivas, lo cual lleva a que se le compre más
y se lo enriquezca más, y así indefinidamente. Y todo país
rico, históricamente, desarrolló un gran ejército. Y quien
le compra a ese país rico construye, así, sus propias cadenas.
Sin saberlo, claro. Yo soy partidario de comprar, lo que es necesario importar,
al país industrializado más pequeño que lo produzca. Esto
equilibraría riquezas y evitaría que un país se dispare
y se sienta con derecho a ser centro del mundo. Tal vez Estados Unidos esté
haciendo lo correcto: tiene fuerza y la usa. Si otro país cualquiera
hubiera alcanzado su riqueza habría hecho lo mismo. El no comprar sus
productos no es castigarlo: es no ayudarlo. Es quitarle una fuente de financiamiento.
Y es luchar por el equilibrio mundial de fuerzas.
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