Basura
Al señor M. Fernández López: Soy la directora del Archivo Histórico de Olavarría desde hace muchos años. Acaba de salir un libro mío sobre la prostitución en Buenos Aires, Tristes chicas alegres; hace diez años salió otro, en Planeta, titulado Mujeres cotidianas, y va a aparecer otro, Gallegos en Olavarría. Siempre lo sigo, siempre coincido. Ahora leo su columna sobre ferrocarriles y me quedé pensando: el ferrocarril fue, en esta zona como en otras (pero aquí está más a la vista), factor de todo lo bueno y factor de mantenimiento de la situación que se diseñó alrededor de 1880 para bien de unos y sujeción de muchos otros. En este momento hay una pueblada ruidosa contra el intendente, que quiere traer la basura de la Capital y meterla en los destapes de canteras de la zona minera. Son enormes pozos llenos de agua purísima, de lluvia, filtrándose lentamente en el granito, la dolomita, la caliza. Los chicos hacen buceo; en las orillas crecen lirios. Nadie quiere basura aunque traiga plata, pero atrás de todo esto está Ferrosur, o sea Loma Negra, que trae vagones vacíos para llevarse piedra o cemento, y duplicaría el negocio trayéndolos cargados de basura. ¿No es un caso interesante? Lo malo es que unos hablan de ecología y paisaje serrano y otros de plata y puestos de trabajo; la razón simple y escuálida, el doble negocio de Ferrosur está tan bien disimulado en lo demás que aunque alguien lo diga nadie escucha. Le mando un cordial saludo y seguiré leyéndolo con gratitud.
Aurora Alonso de Rocha
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