DESECONOMíAS
Burbujas Brodersohn
› Por Julio Nudler
Mario Brodersohn no tiene dudas. Para él, la Argentina está viviendo “una burbuja fiscal”, que se va a pinchar el año que viene, obligando así al gobierno de Néstor Kirchner a afrontar costosas decisiones políticas. Quince años después de la primera hiperinflación argentina, caracterizada por algunos como el inicio de la era de los golpes de mercado que pueden derrocar presidentes, quien fue secretario de Hacienda durante aquellos terribles tiempos, herederos de la quiebra del país en 1982, presenta el superávit fiscal primario previsto por Roberto Lavagna para los años venideros como una meta bastante tropical. Brodersohn, con el sello de Econométrica S.A., economic research and forecasts (vale decir, investigaciones y pronósticos económicos), recuerda que el resultado fiscal primario promedio de los 40 años que fueron de 1961 a 2000 fue un déficit igual a 3,1 por ciento del Producto Interno Bruto. Y asegura que el desafío para 2005 no es definir si el superávit primario (antes del pago de intereses de la deuda) será del 3 por ciento o superior –tema de la negociación que ha comenzado con el Fondo Monetario–, sino cómo hacer para que sea algo más que el 2 por ciento. Esto porque considera que la alta recaudación tributaria del año pasado y del corriente responde a circunstancias extraordinarias: los precios mundiales, la reactivación y el fuerte aumento de precios que siguió a la devaluación. “A medida que se va desinflando la burbuja fiscal –afirma Brodersohn– vuelven a surgir con más intensidad las pujas distributivas que caracterizaron históricamente a la Argentina” (y se diría que a todos los países del mundo, cuando las condiciones están dadas). La verdad es que Alfonsín no encontró la manera de superarlas, y terminó sacrificándoles el exitoso Plan Austral de 1985, que fue uno de esos paraguas que guarecen del agua por un rato. Aquellas duras experiencias también ayudan a entender cómo es que de la UCR saldría un ajustista a ultranza como Ricardo López Murphy. Pero las buenas ideas se preservan en el partido de Alem, como muestra Econométrica.