El dentista norteamericano Elmo Randolph tiene un problema: es negro, y por ese solo hecho la policía le da el alto cada dos por tres. La eventual solución sugerida para su caso no consistiría en acabar con el trato discriminatorio sino en una tarjeta electrónica a colocar en su auto, que almacene las veces en que es registrado y cuya información, escaneada a distancia por la policía, le baje la prioridad para ser parado por los agentes. Este sería el enfoque adecuado porque, según un extenso estudio de Mathias Risse y Richard Zeckhauser, de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, el racial profiling, o caracterización racial, como guía para la acción policial en su lucha contra el delito, es económicamente eficiente y moralmente inobjetable. Esos investigadores partieron de la premisa de que hay una alta correlación entre la pertenencia a ciertos grupos raciales (el afronorteamericano, sobre todo) y la propensión a delinquir. Por ende, si la policía abandonara el sesgo racial, los primeros en quejarse serían los negros, que exigirían medidas para combatir el delito, del cual son las primeras víctimas. Por otro lado, si bien es fácil hablar en nombre de las personas que sufren con la selectividad racial en registros y cacheos, la gente que se ve mejor protegida gracias a ese criterio racial tiene intereses no menos legítimos, y no es menos real porque constituya una masa de ciudadanos no individualizados. Guiarse por la raza de un automovilista para darle o no el alto no constituye una discriminación peyorativa, según Risse y Zeckhauser, ni impone una carga desproporcionada sobre las minorías (étnicas o raciales), porque son esas mismas minorías las que se ven beneficiadas más que proporcionalmente por la aplicación de la pauta racial. Es por su propio interés, aunque no se den cuenta de ello ni lo avalen. Los autores del estudio admiten y reprueban los excesos y abusos que la policía comete con los negros, pero consideran que ésa es una cuestión diferente, que debe ser analizada por separado.