E-CASH DE LECTORES
Una vez más desde la Junta Interna de ATE en el Indec nos vemos en la obligación de salir al cruce de las declaraciones de un funcionario que pone en tela de juicio los índices producidos en el Indec. Todos sabemos que esos índices son producto de la labor que realizan los trabajadores del Instituto y cuestionarlos implica cuestionar esa labor. Este es un criterio que siempre hemos sostenido, aun cuando debimos enfrentarnos a compañeros que, participando en el último conflicto desarrollado en el Indec, cuestionaron los índices en declaraciones a medios de prensa o coreando “índices truchos” frente a las cámaras de televisión. En todos los casos sostuvimos que atacar la producción estadística del Indec es atacar al Instituto y, esencialmente, a sus trabajadores, que realizan una labor honesta y técnicamente impecable. Pero es una constante: funcionarios de diferentes gobiernos nacionales enojados con las estadísticas socio-económicas que en sus respectivas gestiones se muestran inflexibles a mejorar. Nuestro Instituto ha sido nuevamente atacado por un ministro del Poder Ejecutivo nacional, esta vez es el caso de nuestra producción estadística sobre la evolución salarial. En el último informe de prensa del sector, el Indec asegura que la recuperación salarial muestra grandes disparidades al interior del universo de los asalariados. Los trabajadores “en blanco” son los únicos que han podido recuperar (y superar) en términos reales lo perdido desde la crisis de fines del 2001. Esos trabajadores han conseguido desde la salida de la convertibilidad apropiarse de incrementos salariales del 78 por ciento, mientras que en el mismo período la variación del Indice de Precios al Consumidor (IPC) fue del 68. En cambio, los trabajadores “en negro” y los empleados públicos no han podido recuperar en términos reales lo perdido, ya que los aumentos salariales que consiguieron (22,7 y 21,5 por ciento, respectivamente) están muy por debajo de la evolución del IPC. ¿Para que las estadísticas sociales capten una mejor situación de la población asalariada es necesario modificar la metodología estadística que capta dicha situación, o es necesario cambiar la distribución de la riqueza? El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, no debería emplear sus energías en cuestionar metodológicamente a nuestro Instituto, sino dedicar todo su esfuerzo a que el ministerio que tiene a cargo implemente las políticas públicas necesarias para que nuestro país no cuente con el triste record de tener más del 40 por ciento del empleo asalariado en situación de informalidad. Nuestro Instituto es reconocido local e internacionalmente por la seriedad de su producción estadística. Tanto para la captación, como para la producción y publicación de estadísticas socio-económicas seguimos recomendaciones internacionales sobre metodologías que, entre otras cosas, aseguran la confiabilidad y la comparabilidad.
Melissa Capretti
Secretaria de Prensa ATE-Indec
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Agudo el artículo de Marcelo Zlotogwiazda “En Economía temen que se acabe la primavera”. Existen señales de que se están produciendo cambios en la coyuntura internacional. La soja acumula bajas de principios de julio de 2005, pero China sigue siendo demandante, y el barril de petróleo que llegó a superar los 70 dólares se acerca a los 60 dólares, pero sería apresurado pensar que se quebró la tendencia general alcista. Quizá resulta fundamental ver cómo evoluciona la tasa de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos. ¿La suba continuará siendo moderada? La inflación pareciera que marcará su rumbo, factor este que es fundamental monitorear. Si se quebrara el límite del 5 por ciento anual de la tasa de 10 años, la incidencia en los mercados emergentes puede ser importante. ¿Se producirá y, en todo caso, cuándo? Evidentemente la combinación de esos factores indicaría que el financiamiento es más caro para nuestro país, y por ende más necesario un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que puede ser una posibilidad de financiamiento más barata. Sin embargo, pareciera que la presencia de China e India impide una desaceleración del crecimiento de la economía mundial. La situación no parece en lo inmediato grave. ¿Será un reacomodamiento en lo inmediato o un cambio general de la tendencia? Frente a la incidencia de la coyuntura internacional, en lo nacional la inversión que no es todo lo suficiente, sería el eje de la cuestión para: a) conseguir un crecimiento sostenido, b) dominar rebrotes inflacionarios, c) adecuar la puja distributiva y d) superar que el 40 por ciento de la población esté debajo de la línea de pobreza.
Alberto J. Venturini
venturini-santamaría.com
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