E-CASH DE LECTORES
Escucho y leo recurrentemente que tenemos un dólar alto y una inflación baja. Actualmente los precios de buena parte de lo que consumo medidos en dólares son prácticamente los mismos que en diciembre del 2001. Ejemplos: el mismo par de zapatos, el mismo café, la misma botella de agua mineral, el mismo paquete de cigarrillos, etc. Eso mismo se da en bienes que no consumo ni adquiero: auto, inmuebles, etc. Los turistas que están llegando a nuestro país se encuentran con que una amplia gama de productos tienen precios similares a los de los suyos y es por eso que han menguado sus compras. Digo entonces: ¿estaremos en tiempos en que el dólar dejó de estar alto y la inflación dejó de ser baja? Yo creo que sí. La convertibilidad que parecía haber venido para quedarse por siempre estalló y nos dejo atónitos y metidos en un infierno. Sugiero no enamorarnos del modelo actual pues viene haciendo agua por varios lados y ya sabemos que... hay amores que matan.
Eduardo Bluvol
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La Argentina está creciendo industrialmente. Hay un aumento en la demanda de electricidad para el funcionamiento de fábricas y empresas. Pero el abastecimiento para este requerimiento está en la cuerda floja. Hace dos inviernos hubo cortes programados de luz, que afectaron la producción de varias industrias y el bolsillo de los trabajadores que debieron resignar horas de labor. Y se prevén más problemas energéticos para el futuro. Esto es lo que menos necesita un país en plena reactivación y que no debe detener su crecimiento. Tenemos una solución al alcance de la mano, que no estamos aprovechando: la energía eólica. Nuestra Patagonia es uno de los lugares del mundo con mayor potencial para instalar molinos de viento. También la costa bonaerense, aunque en menor medida. Ciudades como Puerto Madryn, Bariloche, Bahía Blanca, Necochea, etc., podrían ver cubiertas gran parte de sus demandas eléctricas. Incluso más industrias podrían radicarse allí y aprovechar esta energía más barata y de suministro permanente. El costo de instalación de los molinos eólicos se amortiza rápidamente al utilizar un combustible totalmente gratuito e inagotable: el viento; aventajando así a una usina tradicional, que debe gastar permanentemente en gas o fueloil para funcionar. Pero no sólo la energía eólica es más rentable, es además limpia para el medio ambiente. No emite gases contaminantes como las usinas. Otro aspecto positivo de esta energía es que permite producir hidrógeno, un nuevo combustible no agresivo con el medio ambiente, que ya se está empezando a utilizar en el parque automotor y transporte de pasajeros de países del primer mundo.
Guillermo Ferreira
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