La producción de soja subió un 326 por ciento en Argentina si se compara la actualidad con el promedio de los primeros cinco años de la década del `90, pasando de 11 a más de 50 millones de toneladas. La superficie aplicada al cultivo de la oleaginosa pasó de aproximadamente 5 millones de hectáreas en 1990 a más de 18 millones en la última campaña. Esto representa un 55,6 por ciento del área cultivable argentina. En la última campaña, casi el 50 por ciento de la harina de soja exportada a nivel mundial salió de los puertos argentinos, otro tanto le correspondió al aceite de la oleaginosa que acaparó casi el 55 por ciento del total comercializado. Esta consolidación exportadora llevó a que el complejo oleaginoso se convierta en una de las principales vías para la generación de divisas. Según la consultora Abeceb.com, las exportaciones argentinas de soja y derivados sumaron en 2010 casi 27.140 millones de dólares.