La Secretaría de Hacienda de Estados Unidos le reclama 170 mil dólares en impuestos al alcalde de Londres, Boris Johnson. Este funcionario, nacido en Nueva York y de padres ingleses, vivió en Estados Unidos hasta los cinco años. Eso le da pasaporte estadounidense, además de británico. Y Washington exige a sus ciudadanos presentar la declaración de Hacienda todos los años. En 1999, Johnson y su esposa, la abogada Marina Wheeler, compraron por 590.000 euros una casa de cinco habitaciones. En 2007, la vendieron por 1,5 millón. Era su primera vivienda y, como tal, la plusvalía de 910.000 euros está exenta de tributación en el Reino Unido, pero en Estados Unidos ése es el caso sólo si las ganancias no superan los 200.000 euros. Washington quiere que Johnson pague, y éste ha replicado, en una entrevista a la radio pública estadounidense, que es “escandaloso” y no va a pagar, porque “no vivo aquí [en EE.UU.] desde que tenía 5 años”. Sólo en sus primeros tres primeros años como máxima autoridad de Londres (de 2010 a 2012), Johnson ganó 1,6 millón de euros.