En 2014, el peso por hectárea del Impuesto Inmobiliario Rural de la provincia de Buenos Aires fue equivalente a 5,2 kilos anuales de novillo y al 1,8 por ciento del valor agregado del agro. A pesar de la resistencia de las cámaras patronales agropecuarias al revalúo fiscal de las tierras bonaerenses de 2012 y los cuestionamientos del presidente de la Sociedad Rural al reciente cambio en el cronograma de pagos, el peso del tributo patrimonial se ubica en sus niveles más bajos de los últimos veinte años. En 1993, el impuesto a los dueños de la tierra equivalía a 11,3 kilos de carne de novillo al año y al 11,3 por ciento del valor agregado sectorial, según datos del Ministerio de Economía bonaerense.