DEBATE › LIBRO ENSAYOS EN HONOR A MARCELO DIAMAND
Los problemas para el desarrollo que estudió Diamand son muy parecidos a los actuales. Una compilación de 17 trabajos realizados por especialistas de un amplio espectro ideológico aborda sus ideas.
› Por Tomás Lukin
El pensamiento económico del Marcelo Diamand permite hallar las raíces del nuevo modelo de desarrollo argentino. El ingeniero y empresario que falleció en 2007 elaboró hace 40 años el concepto de estructura productiva desequilibrada que restringe la posibilidad de desarrollo sostenido en el país y buena parte de las economías latinoamericanas. Diamand advirtió que en los países exportadores de materias primas el sector agropecuario, gracias a su elevada productividad que generan las ventajas naturales, es competitivo a un nivel de tipo de cambio mucho más bajo que la paridad requerida por el sector industrial para competir a nivel internacional. Ese diagnóstico lo lleva a impulsar una política de tipos de cambios múltiples que reconozcan los desequilibrios estructurales del país.
Cash entrevistó a los economistas Pablo Chena, Norberto Crovetto y Damián Panigo, quienes acaban de editar el libro Ensayos en honor a Marcelo Diamand, donde compilan 17 trabajos realizados por especialistas de un amplio espectro ideológico sobre las ideas del intelectual. Entre los autores de los artículos figuran Aldo Ferrer, Eduardo Curia, Julio Neffa, Horacio Delguy, Héctor Valle y Jorge Remes Lenicov. “Este autor demuestra que es posible disociar el crecimiento de los salarios reales respecto de los costos laborales unitarios en dólares. La depreciación relativa del tipo de cambio efectivo industrial genera las condiciones de oferta necesarias para el crecimiento, mientras que la contención de precios de los alimentos, a través de retenciones y políticas asociadas, mejora los salarios reales impulsando la demanda agregada a través del consumo de las clases populares”, explican Chena, Crovetto y Panigo.
¿Por qué son relevantes hoy las ideas de Marcelo Diamand?
Pablo Chena: –Recuperar a Diamand nos permite, después de 30 años de neoliberalismo y hegemonía del capital financiero, volver a pensar el desarrollo industrial. Los problemas para el desarrollo que veía Diamand son muy parecidos a los de hoy. La ortodoxia advierte sobre los desequilibrios que genera la intervención del Estado, pero la estructura productiva argentina ya está desequilibrada.
Norberto Crovetto: –En una estructura desequilibrada el tipo de cambio lo define el sector de más elevada productividad, el primario. Eso implica la imposibilidad de desarrollo industrial. Los empresarios parecen ignorarlo y reclaman el libremercado, inclusive para el sector agropecuario aun cuando ese sector va a tener su tasa de ganancia y el sector industrial no la tendrá. Para lograr que ambos la tengan y se emprenda un proceso de desarrollo se necesitan tipos de cambio diferenciales y una política industrial.
¿Dónde reside el rechazo a las ideas y recomendaciones de política que surgen del pensamiento de Diamand y otros autores heterodoxos latinoamericanos?
Damián Panigo: –Diamand no va en contra del campo, sino hacia un crecimiento balanceado. La única forma de lograrlo es a través de tipos de cambio múltiples que desde el punto de vista político implican la transferencia de rentas hacia beneficios y salarios. Significa trazar un esquema redistributivo que no se da en la mayoría de las otras tradiciones de política económica como la keynesiana y, mucho menos, en la de libremercado. Las rentas no generan inversión y son innecesarias para el desarrollo. Los beneficios y salarios generan inversión y consumo. Las dificultades para implementar ese tipo de políticas residen en que quienes tienen las rentas son particularmente poderosos y los asalariados son más débiles. Diamand no ignoraba esto y nosotros lo hemos visto en 2008.
Chena: –La diferenciación cambiaria permite evitar que los desequilibrios estructurales se trasladen al mercado de trabajo. Con un tipo de cambio único para toda la economía, el ajuste de rentabilidad se hace en la esfera laboral con distintos niveles de informalidad y precariedad por sectores. La alternativa de ajustar los tipos de cambio permite llevar a una homogeneidad al mercado de trabajo y permite generar ingresos igualitarios.
La economía argentina comienza a exhibir un menor dinamismo en el mercado de trabajo y las mejoras en la distribución del ingreso al tiempo que se reduce el superávit en cuenta corriente, ¿qué herramientas ofrece Diamand para enfrentar esta situación?
Panigo: –La dinámica de los países de América latina parecería estar regida por un supuesto trilema del subdesarrollo según el cual para las economías de la región es imposible alcanzar al mismo tiempo el triple objetivo del pleno empleo, equidad distributiva y equilibrio externo. Argentina hace diez años que no enfrenta esa situación. El trilema no desapareció, pero la política de tipos de cambios múltiples permitió romper esa tensión aunque se evidencia una ralentización de la tasa de mejoría. Es posible lograr los tres objetivos al mismo tiempo. Se tiene que mantener como política de Estado el esquema de retenciones, compensaciones y acuerdos de precios. Luego de perder posibilidad de aplicar retenciones móviles se ha vuelto más complicado el mecanismo. Se empezaron a usar otros mecanismos como las licencias no automáticas, medidas antidumping, subsidios al crédito, que son menos contundentes. Necesitamos volver a discutir esquemas alternativos.
Crovetto: –Las tensiones no dejaron de existir, pero ahora se pueden manejar. Hay que expandir estos conceptos hacia toda la economía. Se requiere impulsar mucho más las exportaciones industriales. La sustitución de importaciones es importante, pero es necesario exportar más bienes industriales. Los acuerdos con las automotrices donde compensan sus importaciones exportando, por ejemplo, aceite de oliva sirven para salir del paso, son un punto de partida para empezar a negociar. El Estado tiene que estar dispuesto a subsidiar el desarrollo industrial porque de otra forma vamos a tener que subsidiar al desempleo. No es posible suponer que los términos de intercambio van a seguir mejorando.
Chena: –El trabajo tiene que ser un objetivo de política económica y no un objetivo de política social. Las redes de contención son necesarias, pero son insuficientes como modelo de desarrollo. Por eso es importante el desarrollo industrial. Hay que ir más allá que exportar productos industriales, es necesario exportar tecnología. Es posible intervenir a nivel nacional en las estrategias de las empresas multinacionales
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