EL BUEN INVERSOR › RETROCESO DE LOS FONDOS INTERNACIONALES Y AVANCE DE INVERSORES LOCALES
Mientras bancos de inversión del exterior se repliegan de la región por temor a una crisis global gatillada por la debilidad de la economía de EE.UU., los operadores locales son agresivos en la compra de activos.
› Por Claudio Zlotnik
Los mercados emergentes están acusando los temores que existen por el futuro de la economía estadounidense. Después de un par de años con flujos de capitales positivos, en América latina existe una reversión de esas corrientes. El fenómeno es incipiente y la pregunta que se formulan los inversores internacionales es si la tendencia se profundizará en las próximas semanas. Mientras tanto, los operadores locales aprovechan para hacer buenos negocios.
En lo que va del año, la salida de capitales desde Brasil, México y la Argentina sumó 450 millones de dólares. Seis de cada diez de esos billetes salieron en las últimas tres semanas. La aceleración de la fuga se dio a partir del ajuste en la Bolsa de Shanghai y se extendió frente a la incertidumbre sobre la marcha de la economía estadounidense.
Los bancos de inversión se están moviendo con mucha cautela. A diferencia de otros momentos, esta vez no hay dudas sobre la capacidad de pago de Argentina. Ni de sus fundamentos económicos. La prudencia aparece porque los financistas no quieren quedar expuestos a una eventual corrida. Hoy el mercado se maneja bajo la pauta de que cada indicador económico de Estados Unidos es un gatillo que puede disparar una crisis global. Los movimientos financieros son espasmódicos y se relacionan con la difusión de cada índice en Washington. Así como lo hacen en Latinoamérica, también liquidan sus posiciones en Asia, en especial en Japón.
La suerte en los mercados internacionales es seguida de cerca tanto en el Palacio de Hacienda como en el Banco Central. En el primer caso, porque Felisa Miceli busca el mejor momento para colocar una nueva emisión de títulos de deuda. Especula que podrá hacerlo dentro de las próximas dos semanas. Espera el momento de poder endeudarse a diez años a una tasa inferior al 8,0 por ciento anual en dólares.
En el Central, en tanto, están atentos porque se viene la liquidación de la cosecha gruesa. Si el mercado se mantiene sin grandes alteraciones, como hasta ahora, la mesa de operaciones tendrá que embolsar la avalancha de divisas, entre 80 y 100 millones de dólares diarios, para evitar un retroceso del tipo de cambio.
Mientras los fondos extranjeros se volvieron más conservadores, los inversores locales aprovechan ese espacio vacante. Los bancos, las AFJP y las compañías de seguros se muestran muy agresivos en el mercado. Adquieren los títulos de deuda que lanza el Banco Central, se suman a los canjes propuestos desde la autoridad monetaria para alargar los plazos de bonos en pesos y se quedan con las gangas que quedaron en el mercado accionario.
Esta conducta sostuvo los precios tanto de bonos como de acciones y los corredores se juegan a que los valores seguirán remontando a menos que explote una crisis a nivel internacional. Los inversores institucionales internos no quieren perderse la alta rentabilidad que están dejando los papeles en pesos indexados, de entre 5 y 6 puntos por encima de la inflación. A la hora de hacer negocios, la polémica en torno de los manejos en el Indec ha quedado bastante lejos.
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