El discurso del presidente de Techint Paolo Rocca no me sorprende. Defiende sus intereses y lo hace desde su condición de monopolio y multinacional “argentina”. Se refirió a las pymes, siendo éste un tema controvertido. Consideró a una pyme como a una firma de menos de doscientos trabajadores. Es decir, a casi todas, y hábilmente tocó una fibra sensible del sector: la existencia de un problema de competitividad y de costos, cuestión que es verdadera. Pero puso el acento en el gasto público, lo que significa la inclusión de los más débiles (ese discurso luego sigue con el costo de los salarios). Pero casi todos los empresarios pymes somos conscientes de que el salario es consumo, trabajo y que nuestra existencia está atada a la suerte del mercado interno.

El discurso de Paolo Rocca no está pensado hacia los sectores más frágiles de la economía. Está vinculado con su concepto de rentabilidad. Es muy importante leer entre líneas: “La quiero toda”. Colabora en ese sentido observar el balance de su compañía: es la de mayor rentabilidad del mercado.

Miles de pymes ocupan más del 70 por ciento de la mano de obra, mientras que mil empresas producen el 75 por ciento del PBI. El discurso de Rocca está enderezado a la época de oro de su proceso de acumulación: la década de los ’90, lo que sería para las pymes comprar la soga para ahorcarse. La memoria tiene que estar presente. Sería un grave error repetir esa época donde desaparecieron decenas de miles de pequeñas, micro y grandes empresas.

Esto no implica que no haya que replantearse una estrategia de inclusión de las empresas micro, pequeñas y medianas, mejorando sus estándares de competitividad y ayudándolas a desarrollarse. El mayor crecimiento de las pymes va a tener un importante efecto en la generación de nuevos puestos de trabajo. Resulta un buen ejercicio salirse de las estadísticas clásicas y ver el escenario de las micro, pequeñas y medianas empresas. Estas nacen, surgen y se desarrollan en los barrios. Forman gente en esos mismos barrios y democratizan de ese modo la economía por su presencia en los territorios.

Cuando hay una crisis, no nos vamos del país. Nos morimos con él y resucitamos con él. A Paolo Rocca no le interesan estos temas, ni las pymes, ni los trabajadores. Con solo mirar cómo les va a las mil empresas más grandes, incluyendo los bancos y el capital financiero especulativo, se sabe que no tienen límites. Que la quieren toda para ellos, y que el discurso de Paolo Rocca es el de un neoliberal que sólo piensa en su grupo económico.

* Presidente de la CEEN y presidente honorario de la asociación Pymes.