NUEVAS ZONCERAS ECONóMICAS › LA MONEDA NACIONAL, LOS DóLARES Y LAS RESERVAS
› Por Carlos Andujar * y Ruben Telechea **
Descubrir las zonceras, dice Jauretche, es un acto de liberación. Es como sacar un entripado valiéndose de un antiácido, pues hay cierta analogía entre la indigestión alimentaria y la intelectual. Desde mediados del siglo XX la comunidad internacional, con especial hincapié en los países periféricos, padece de gastroenteritis monetaria aguda. El síntoma es bien conocido, sus monedas locales tienen poco respaldo y por lo tanto están sujetos, predestinados, a sucesivos y cada vez más intensos dolores y retorcijones. Cada nuevo malestar habilita la intervención de los médicos especialistas que, con certezas cercanas a la biología, siempre dan la misma receta: si sus monedas locales tienen poco respaldo, la solución es una buena dosis de dólares que se inyectarán justo allí, donde dice “reservas internacionales”. El tratamiento es muy largo, probablemente sea crónico, así que para su comodidad, dicen los doctores, les dejaremos la cánula puesta, así el próximo pinchazo no les va a doler.
En efecto, habiendo fracasado el patrón oro, y luego de erigirse en potencia triunfadora de la Segunda Guerra, con el dominio del Banco Mundial y del FMI recién nacidos, Estados Unidos pudo imponer sus billetes locales como moneda internacional de cambio. Moneda en la cual se pagan y se cobran importaciones, exportaciones, préstamos y deudas.
Desde allí, lenta pero inexorablemente comenzó a gestarse un veneno que no sólo invadiría las economías de los países más pobres sino, por sobre todo, la conciencia de sus desdichados habitantes.
El dinero que alguna vez tuvo valor por sí mismo (ganado, tabaco, sal, café) o representó valor (patrón oro) se ha transformado en un papel cuya única legitimidad está dada por la confianza que la comunidad por donde circula le quiera otorgar. ¿Cómo puede un papel ser el respaldo de otro papel? Y de ser así, ¿cuál es el respaldo de esos papeles verdes llamados dólares?
La colonización pedagógica ha incluido las más variadas herramientas. Desde el cine hollywoodense mostrando una Reserva Federal repleta de oro, crisis inflacionarias y devaluaciones feroces, gobiernos emparentados con el poder financiero internacional, confiscación de ahorros, mercados locales valuados en dólares y hasta leyes que relacionaban la base monetaria “uno a uno” con las reservas internacionales.
Pero resulta paradójico que esta moneda, siendo tan aceptada en todo el mundo, no tenga ningún tipo de respaldo ni aval (oro, por ejemplo) u otro valor intrínseco. La FED emite los dólares y se los “presta” al gobierno contra bonos emitidos por el Tesoro norteamericano, o sea, ellos mismos.
Una nación necesita divisas solamente para pagar sus deudas nominadas en moneda extranjera y para realizar las importaciones de los bienes que no produce, siempre y cuando dichas importaciones no provengan de países con los que se ha acordado la utilización de las respectivas monedas locales. Tal es el caso de Argentina y Brasil y el reciente de China y Japón, segunda y tercera economías mundiales respectivamente. Caso contrario, se realizan en dólares.
Entonces, si las reservas no son ni pueden ser el respaldo de nuestra moneda, ¿qué es lo que le da valor? ¿Qué es lo que hace que una moneda sea más confiable que otra? La respuesta siempre estuvo ahí, delante de nosotros. El único y verdadero respaldo es la economía del país. La riqueza que día a día millones de personas crean con su trabajo. Es allí donde todas las políticas económicas tiene que hacer eje: en crear y proteger el trabajo de sus ciudadanos. El respaldo de la moneda viene por añadidura
* Docente UNLZ, [email protected]
** Docente UNLZ y UNQ, [email protected]
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