Domingo, 30 de septiembre de 2012 | Hoy
NUEVAS ZONCERAS ECONóMICAS › EL IMPUESTO A LAS GANANCIAS DE CUARTA CATEGORíA
Por Ruben Telechea *
Esta es una zoncera múltiple, porque conviven en ella varias unidas. La primera es la que dice que “los salarios no son ganancias” y por lo tanto no deben estar alcanzados por este impuesto. En la mayor parte de los países del mundo, los sueldos pagan Impuesto a las Ganancias (o el nombre que tenga en cada lugar), por lo tanto esto no es un invento argentino. El concepto en realidad debe ser tomado como algo más amplio, que es el de “ingresos”: quienes tienen ingresos altos, deben tributar una parte de ellos. Este es un precepto vigente mundialmente, aunque acá algunos avivados nos quieran hacer creer lo contrario.
La segunda zoncera es la que dice que la tasa de nuestro país es muy alta. Entonces comparemos: en Argentina la alícuota máxima alcanza el 35 por ciento. En Chile, Brasil, Francia, Italia y Estados Unidos bordean el 40 por ciento. Alemania y Gran Bretaña, el 50 por ciento. Los países nórdicos, el 60 por ciento, siempre en sus escalas mayores.
La tercera zoncera consiste en repetir que lo que pagan aquí los trabajadores por este impuesto son cifras altísimas. La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) elaboró recientemente un trabajo muy interesante en ese sentido. Aclaremos que esta entidad no tiene el menor atisbo de pro-obrera, ya que irónicamente es conocida como “el club de los países ricos”.
En el mencionado informe mide, entre otros aspectos, cuánto paga un trabajador cuya remuneración supera en dos tercios el promedio del sueldo de ese país. En Argentina ese valor da 9100 pesos, y un soltero sin hijos tiene una retención cercana al 1,5 por ciento de su salario. La sorpresa aparece cuando la OCDE dice cuánto pagan en otros países por Impuesto a las Ganancias trabajadores que se encuentran en las mismas condiciones (soltero, sin hijos y que ganan 2/3 por arriba del promedio de ese lugar): en Japón y México, el 12 por ciento. En Suiza e Israel, el 15 por ciento. En Francia y España, el 21 por ciento. En Nueva Zelanda, Canadá y Austria, el 22 por ciento. En Gran Bretaña y Estados Unidos, el 23 por ciento. En Alemania, Holanda, Irlanda, Australia e Italia, el 28 por ciento. En Finlandia y Suecia, el 30 por ciento. En Bélgica y Dinamarca, el 35 por ciento. Imaginen lo que ocurriría si aquí nos acercáramos a esos valores.
Otro aspecto a tener en cuenta es la recaudación que se obtiene por esta categoría del impuesto en relación con el PBI. Alfredo Zaiat publicó en este diario que lo recaudado en Argentina por este concepto no llega al 2 por ciento del PBI, mientras que en Chile y Brasil es el 7 por ciento y en el promedio de países de la OCDE es del 9 por ciento, llegando en Dinamarca a ser el 24 por ciento.
Para terminar, aclaro que esta nota no intenta defender los actuales mínimos no imponibles, que indudablemente son bajos y por ello deben ser actualizados. Sí pretende demostrar que así como en tantas cuestiones nos tratan de vender que “debemos ser como el resto del mundo”, resulta cuanto menos extraño que informes como el de la OCDE no tengan la difusión que deberían
* Docente UNLZ y UNQ.
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