Dom 15.03.2015
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MITOS ECONóMICOS › ERRORES DE “ESPECIALISTAS DE LA DEUDA”

“Desendeudamiento irreal”

› Por Andrés Asiain

En su discurso inaugural de sesiones del Congreso, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner indicó que en la última década “hemos desendeudado definitivamente a la República Argentina”. Apoyándose en cifras sobre el descenso de la relación entre deuda y producción, y señalando que sólo quedaban dos fuertes vencimientos, el de este año y el de 2017, pudo afirmar: “Ya nunca más gobiernos que tengan que tomar deuda para pagar deuda, si nos endeudamos que sea para obras de infraestructura, para proyectos de crecimiento del país, para que puedan disfrutar los argentinos, pero no para ganancia del sector financiero internacional”.

Rechazando tales afirmaciones, el “especialista en deuda” Héctor Giuliano calificó tal afirmación como “una mentira”, encontrando el respaldo de los grandes multimedios opositores para afirmar que el “discurso K” del “desendeudamiento es irreal” (Clarín, 2/3/2015). Para rechazar las afirmaciones de la Presidenta, Giuliano toma la deuda pública total, sumándole la de los que no ingresaron al canje (asumiendo como propias las cifras que presentan los fondos buitre y otros demandantes), los cupones pbi, otras colocaciones y todos los intereses futuros a pagar, llegando a una friolera de más de 300 mil millones de dólares de deuda, que supera ampliamente la deuda nominal de 2001.

Las incorrecciones del cálculo del “especialista en deuda” son múltiples, por lo que trataremos de dar cuenta de los principales. Empezando por el final, sumar los vencimientos de intereses y cupones a pagar en el futuro como stock de deuda en el presente es algo que no realizaría nadie que tenga conocimientos mínimos de cálculo financiero. Todos sabemos que no es lo mismo pagar hoy que en 35 años, hecho que da lugar a la existencia del interés en materia crediticia. Es por eso que, para dar un “valor actual” a los vencimientos futuros de los cupones del PBI o intereses, debe traerlos al presente aplicando una determinada tasa de descuento (la valorización monetaria del tiempo). Al no hacerlo, Giuliano considera implícitamente que a nuestro país lo financian a tasa cero, hecho que de ser cierto daría por resuelto de antemano cualquier problema de deuda, pero que en la ficción de ese analista sirve para incrementar artificialmente la deuda.

Además de lo cuestionable de tomar posición por los fondos buitre y otros demandantes al valuar la deuda que no ingreso al canje, el principal error de Giuliano es considerar la deuda en pesos entre distintos organismos del sector público, de la misma forma que la deuda en dólares con acreedores privados u organismos internacionales. La diferencia entre ambas es que la deuda en pesos en general, y la que se mantiene entre diferentes organismos del sector público en particular, es siempre refinanciable desde que el Banco Central fuera nacionalizado por el general Juan Domingo Perón, recuperando el Estado la capacidad de emitir moneda.

En cambio, la deuda en dólares con organismos financieros o acreedores privados debe cancelarse en billetes verdes que sólo emite la Reserva Federal de los Estados Unidos. Es por ello que esa deuda externa puede transformarse en instrumento de dependencia y empobrecimiento, cuando la incapacidad de pago obliga a realizar políticas de ajuste y concesiones en materia de política económica, para acceder a su refinanciamiento. Esa deuda se encuentra cercana al 16 por ciento del Producto, y aun sumando otras deudas y los reclamos de los holdouts, es una cifra menor a la de cualquier período anterior desde el regreso de la democracia. Un desendeudamiento que permite el manejo soberano de la política económica y debería ser defendido, no por un color partidario sino por todos los argentinos.

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