Un reciente informe del Idesa se titula “1 de cada 6 madres tiene menos de 20 años de edad”. Según ese reporte el porcentaje de nacimientos de madres menores de 20 años sobre el total pasó del 14,1 por ciento en 2001 al 15,6 por ciento en 2013. De ahí concluyen que “en lugar de exagerar posturas políticamente correctas en favor de los programas asistenciales, en especial la Asignación Universal por Hijo, deberían ser motivos de reflexión sus deficiencias de diseño y gestión”. El mencionado informe reproduce con aparente solidez técnica, las mismas apreciaciones que años atrás realizara el humorista del PRO y candidato a gobernador de Santa Fe Miguel del Sel: “Quizá todos aplaudimos o estamos de acuerdo con este subsidio que se otorga a partir de los tres meses de embarazo. Pero el mes pasado estuve en Villa Ocampo, en el hospital, y el director me dijo que se triplicaron los embarazos de pibitas de doce y trece años. Lo que se anuncia como una buena medida, se ve que nadie estudia las consecuencias”. Vale aclarar que el director del hospital de Villa Ocampo negó posteriormente haber realizado esas afirmaciones.

La campaña en contra de la asignación universal ya había sido iniciada por uno de los actuales aspirantes a presidentes de la alianza UCR-PRO, el mendocino Ernesto Sanz, cuando afirmó que “en el conurbano bonaerense la Asignación Universal por Hijo, que es buena, en términos teóricos (...) se está yendo por la canaleta de dos cuestiones (...), el juego y la droga. Usted advierte del 2 al 10 (cuando ingresan en esos bolsones la plata de la asignación universal) cómo aumenta la recaudación de los bingos y de los casinos y cómo se nutre el circuito ilegal de la droga a través de la plata que recaudan los famosos dealers de la droga”.

Volviendo al informe del Idesa, la aparente preocupación de sus integrantes por “la dependencia femenina respecto del varón, generando el terreno fértil para la violencia de género” provocado por la maternidad temprana, parece ser una simple excusa para atacar a la AUH. Más si se tiene en cuenta que muchas mamás humildes pudieron escapar de la violencia de sus maridos al dejar de depender económicamente de ellos y acceder a un ingreso mínimo gracias a la asignación.

Por otro lado, esos técnicos manipulan las estadísticas para presentar a la AUH como la generadora de la maternidad temprana. Si en lugar de presentar sólo las cifras de embarazos de menores de 20 años de 2001, 2010 y 2013 mostraran su evolución, se vería que tras alcanzar un pico levemente superior al 16 por ciento en 1997, desciende luego hasta un piso de 13,8 por ciento en 2003, para luego ascender a niveles del 15,6 por ciento en 2007 y estabilizarse alrededor de ese valor hasta el presente. Los motivos que pueden llevar a una joven a quedar embarazada son difíciles de determinar, pero está claro que no pueden ser atribuidos a la AUH por una razón muy simple: esa política no existía cuando se alcanzó el pico del indicador en 1998 ni cuando volvió a incrementarse entre 2003 y 2007.

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