Martin Hourest
economista CTA
Es
factible
El fenomenal crecimiento de la masa de beneficios empresarios le otorga
factibilidad a los incrementos salariales. Durante los 90 las grandes
empresas aumentaron su productividad con más horas de trabajo, menos
trabajadores registrados y menos salario por hora. A la salida del shockdevaluatorio,
las grandes volvieron a ganar y las chicas también lo hicieron. Sin embargo,
el mecanismo de asignación salarial no modifica la distribución
del ingreso porque no alcanza a los empleados no registrados ni a los trabajadores
que reciben los planes sociales y ni siquiera receptan los movimientos del mercado
de trabajo. El único mecanismo capaz de igualar en este contexto de fuerte
fragmentación es una asignación estatal que opere como piso para
todos los trabajadores. El mercado no está en condiciones de ofrecer
ese piso limitándose a reproducir la heterogeneidad estructural.
Ernesto Kritz
economista SEL
Depende del
sector
Para el conjunto del sector privado el costo laboral está 15 por
ciento por debajo de los valores predevaluación, pero con grandes diferencias
por sector. En los sectores transables como la industria, el sector agropecuario
y la minería hay un margen importante para aumentar salarios porque el
costo laboral está un 35 por ciento por debajo de lo que era antes de
la devaluación. En el caso de los no transables, hay sectores donde todavía
hay margen como el comercio y la construcción, pero en la salud y la
educación privadas el margen es pequeño o inexistente. Lo que
el Gobierno está buscando a través del Consejo del Salario Mínimo
es un aumento que sostenga el nivel de consumo para evitar que la economía
se amesete. Lo puede lograr en el corto plazo, pero para que continúe
la recuperación salarial en el mediano plazo hay que hacer crecer la
productividad.
Hector Recalde
abogado CGT
Debe ser
general
La decisión de convocar al Consejo del Salario Mínimo es
correcta y nos saca de diez años de ilegalidad. En teoría un aumento
del mínimo debería repercutir en todas las escalas, pero en la
práctica no se va a dar porque hay reticencia de los empleadores a dar
aumentos generales, pese a que todavía no se recompuso el poder adquisitivo
que los trabajadores tenían en 2001. Para complementar una política
de ingresos salariales el Gobierno debería otorgar un aumento general
por decreto. Los empresarios siempre dicen que no pueden. En 1929 cuando se
sancionó la primera ley de indemnizaciones por despido hubo una federación
patronal que le planteó al Presidente que vetara la ley porque en dos
años iba a quebrar la industria. En 1945 cuando Perón decidió
otorgar el aguinaldo pasó una situación similar. Uno está
acostumbrado al lamento.
Miguel Zanabria
director académico IMA
El impacto
es bajo
Un aumento del salario mínimo impactaría muy poco en los
costos empresarios porque sólo alcanzaría a algunos trabajadores,
pero incluso si se otorgara un aumento de 380 pesos para todos los trabajadores
el impacto en los costos laborales de toda la economía sería apenas
del 8 por ciento. A su vez, un aumento de salarios incrementa la demanda agregada
y otorga la posibilidad de disminuir el desempleo y favorecer un mayor crecimiento
de la economía. Por eso el llamado al Consejo del Salario Mínimo
lo vemos como una buena medida para poner en discusión cómo se
reparten los frutos de la reactivación. Hay sectores que han tenido aumentos
muy altos de productividad y eso no se reflejó en los salarios. La discusión
del salario mínimo es casi simbólica, pero igual eso va a provocar
un aumento del consumo y va a forzar la discusión salarial en las otras
escalas.
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