Los especialistas en economía ambiental destacan que la minería es una de las actividades humanas más agresivas con el medio ambiente. Entre las razones que determinan la clasificación se destaca:

La reducción de la “ley” de los actuales yacimientos, es decir de la cantidad de mineral efectivamente extraído por tonelada de roca, que significa mayores desechos y la demanda de una mayor tecnología para su separación. Por eso las inversiones que hoy llegan a la Argentina, con la existencia de más de 200 proyectos en marcha, se vinculan también con las posibilidades que brinda de un territorio “virgen”, donde la minería metalífera es casi una actividad nueva.

Hoy la forma de extracción predominante es a cielo abierto, no como la imagen de antaño de profundas galerías, lo que determina no solo la horadación de profundas cuencas, sino que en los procesos de remoción del terreno el polvo en suspensión sea arrastrado a centenares de kilómetros. Pero el problema más grave surge del drenaje ácido producido por la oxidación de la pirita habitualmente presente en yacimientos como los de cobre y oro.

También se demandan grandes cantidades de agua, muchas veces en zonas áridas. Minera Alumbrera fue denunciada por la contaminación de la cuenca del Vis Vis. También por provocar el desequilibrio hídrico del acuífero de Campo del Arenal, una de las principales reservas catamarqueñas. Otras denuncias agregan la contaminación de la cuenca del río Salí-Dulce y diversas roturas del mineraloducto, con derrames sobre cauces secos de ríos estacionales. En todos los casos la empresa suizo canadiense negó la existencia de los problemas.

El problema se agrava en los casos de utilización de cianuro en los procesos de separación del oro (lixiviación) situación que determinó la prohibición de esta metodología en la provincia de Río Negro y el rechazo a través de un plebiscito de la pretensión de la firma Barrick Gold –la misma que a través de Minera Argentina Gold explota el yacimiento sanjuanino de Veladero– de explotar una mina en las proximidades de Esquel, en Chubut.

Finalmente, existe un problema ambiental inherente a la actividad, que es el de la explotación hasta su agotamiento de recursos naturales no renovables.