“Cualquiera sea la metodología aplicada para la medición del tipo de cambio real, continúa situándose claramente muy por encima de los valores alcanzados en la convertibilidad. Resulta sustantivo mantener un tipo de cambio alto que posibilite mantener la competitividad de nuestros productos bajo un escenario internacional que luce por demás complicado en términos de nivel de actividad, de precios de los commodities y en particular de financiamiento. En el caso particular de Brasil, el grado de mayor integración de nuestras economías habla a las claras de la posibilidad de mantener las políticas de tipo de cambio acordes para las necesidades de ambos países, sin profundizar asimetrías macroeconómicas que tengan impacto en el balance comercial. Pero el tipo de cambio no es la única variable a tener en cuenta para lograr competitividad. Y, en ese sentido, parte de la industria está en deuda. Hubo sectores empresarios que, en vez de invertir, se vieron tentados a incrementar sus precios manteniendo un rasgo cultural que predominó por años en la economía argentina, en donde el principal objetivo fue maximizar ganancias de corto plazo. Más allá de las cuestiones coyunturales que afectan nuestra economía, debe quedar claro que la política de tipo de cambio alto ha contribuido decididamente a incrementar nuestras exportaciones y a sustituir importaciones generando un perfil distinto al crecimiento vivenciados en la década anterior, hoy con mayor creación de empleos y recuperación del salario. De todos modos vale aclarar que éste es una condición necesaria pero no suficiente. Resulta crucial complementarlo con políticas de diseño sectorial específicas que impulsen el desarrollo de largo plazo. Para ello es esencial no encasillar la mirada solamente en el tipo de cambio sino también modificar la canasta de bienes exportables hacia bienes con mayor valor agregado, de contenido tecnológico, diversificando productos y destinos, incrementando la competitividad y la participación del salario en el producto bruto de nuestra economía. Recuperar el tipo de cambio en términos reales respecto de los observados hasta el presente dependerá de un conjunto de variables que se articulan desde la política fiscal y monetaria en forma endógena y del grado de certidumbre sobre la dinámica de la crisis en forma exógena.”

*Investigador del Cefid-Ar