SECRETARIO DE CULTURA DE LA NACIóN
› Por Jorge Coscia
Secretario de Cultura de la Nación
La historia económica de la Argentina y, en general, la economía argentina no han sido materia frecuente de muestras y exposiciones para el público masivo. A menudo, estos temas han estado circunscriptos al ambiente académico, a la difícil prosa de los especialistas o al supuesto saber de “gurúes” mediáticos. Esto ha hecho que la economía tenga, en el imaginario popular, un halo de oscuridad, de conocimiento iniciático, de misterio sacramental que impide su acceso al hombre y a la mujer comunes.
Muchas veces, este hermetismo ha tenido muy malas intenciones y, al parecer, no sólo en nuestro país. El economista canadiense John Kenneth Galbraith ha escrito: “Si alguna vez un economista le pide que acepte sus puntos de vista como la palabra del Evangelio, bajo pretexto de que se basan en su erudición, no crea ni una palabra”. Entre nosotros, y en el idioma que el pueblo suele hablar con su vecino, Arturo Jauretche nos enseñó que “cuando los economistas hablan muy difícil y nadie los entiende, no es que uno sea burro sino que seguro le quieren meter el perro”.
Para el ciudadano de a pie, la economía suele ser tan sólo la diferencia que existe entre los salarios y los precios en los artículos de primera necesidad; la dificultad de acceso al crédito para la vivienda propia o la suba de los alquileres; la realidad dolorosa del desempleo o la desesperanza de la hiperinflación. La economía, alternativamente, es el período de bonanza, en el que pudieron hacerse la casita, viajar a la costa o renovar los muebles, o el período de malaria, en el que los hijos quedaron sin trabajo y tuvieron que emigrar.
Esos momentos sucesivos de nuestra historia económica no han sido resultado de la fatalidad o de la conspiración internacional. En cada uno de ellos se puso en movimiento un modelo, un proyecto, una visión de país. Y en cada uno de ellos, algunos sectores se beneficiaron y otros se perjudicaron, algunos mejoraron su calidad de vida y otros lo vivieron como una pérdida.
Esta muestra intenta exponer, en toda su amplia gama temática, los 200 años de nuestra economía, es decir, de nuestro trabajo, de la acumulación e inversión de nuestras riquezas, de la distribución social de esas riquezas y de la capacidad de crecimiento para las generaciones futuras. Partimos del convencimiento de que fue la acción de los hombres, de sus distintas clases sociales y del Estado lo que determinó cada uno de esos momentos. El destinatario de la exhibición son el hombre y la mujer común y corriente, los cotidianos creadores de la riqueza nacional, con la seguridad de que el conocimiento de estas realidades les permitirá conducir con mayor libertad su destino
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux