Yvonne, princesa de Borgoña, del gran Witold Gombrowicz, es una obra que vi recientemente en el Beckett Teatro y que me dejó bastante sorprendida. La puesta que hace Uriel Guastavino es impecable, prolija y con un ritmo sorprendente. Las actuaciones, muy parejas y muy buenas en general. Y qué decir del texto, este autor irónico y mordaz, maravilloso de principio a fin. Me divertí, la pasé muy bien, ¿que más se le puede pedir a un sábado por la noche?