“El apellido no me dio oportunidades laborales. Eran artistas, pero no ‘exitosos’ o conocidos. Ellos pertenecían a una generación que ya no existe, a un mundo literario, en un momento en que ni la televisión ni la farándula eran masivas. Era un tiempo en que en el ámbito cultural contábamos con tipos de gran envergadura. Gente que desapareció y no fue renovada. Hoy el público se impacienta con esas cosas, necesita de algo más liviano. En consecuencia, para un actor hoy la única forma de trabajar es hacer televisión.”

Pablo Cedrón, 26 de octubre de 1996.