TEATRO › TERMINA HOY EL FESTIVAL INTERNACIONAL DE BOGOTA
Se lucieron elencos de Israel y Serbia y Montenegro, la española Eva Yerbabuena y el estadounidense Savion Glover.
DESDE BOGOTA
Desde el 31 de marzo, en Bogotá no se escucha hablar de otra cosa que del FITB. Pero, si bien se trata de un festival de teatro –el más importante de Latinoamérica, cuya décima edición tendrá su cierre hoy–, la danza ha copado los escenarios y capturado la atención del público. De los seis espectáculos que han sobresalido dentro de la programación en la primera parte del evento internacional, durante la cual Página/12 estuvo presente, cuatro pertenecen a compañías de baile de diferentes estilos y nacionalidades: la Kibbutz Contemporary Dance Company de Israel, el Ballet Nacional de Belgrado, la bailadora española Eva Yerbabuena y bailarín de tap norteamericano Savion Glover.
Aplaudidos por un público eufórico y de pie, estas cuatro producciones abordaron lenguajes conocidos desde nuevas perspectivas. Alcanzado el sol, la obra de danza contemporánea interpretada por el ballet israelí, combinó el movimiento con la poesía. Una mujer sale a escena iluminada con una tenue luz. Su espalda está desnuda; se mueve lentamente, contoneando su falda como un abanico. En realidad, no es una pollera la que lleva puesta sino una esterilla, elemento que pronto se convertirá en una pesada viga de madera que otros bailarines cargan, en delgado pilar, pared, piso, refugio, vestido... Las posibilidades son incontables y el juego coreográfico se despliega en escena, formando distintos cuadros pictóricos con los colores del amanecer. Con una música ecléctica que va del tango hasta Massive Attack, el coreógrafo Rami Be’er narra “un viaje hacia una leyenda” combinando movimientos veloces y frenéticos con textos de la obra Woyzeck, que cuenta la historia de una niña que se aleja de la tierra para alcanzar el sol. Be’er es considerado uno de los coreógrafos más creativos del momento y la Kibbutz Contemporary Dance Company, el colectivo más destacado de Israel, conocido por su afán de combinar la danza con recursos provenientes de otras disciplinas: “El movimiento de los bailarines es el tema básico –dice el director–, pero también me ocupo de crear el espacio en que ellos van a realizar sus interpretaciones. Intento combinar todos mis conocimientos de las artes (pintura y arquitectura básicamente) y juntarlos para crear esta unidad que es la obra”.
Desde Belgrado, ¿Quién está cantando por allá? –inspirada en el film del mismo nombre con libro del serbio Dusan Kovacevic (creador de Undergound, luego llevada al cine por Emir Kusturica)– construye una parodia de la danza y contrasta la vida festiva, cómica e ingenua con la realidad de la guerra, la desolación y la muerte. A través del humor y mediante un lenguaje que combina la danza con el teatro mudo, la compañía de Serbia convierte un simple viaje en colectivo en una odisea. Rumbo a la Belgrado de los años ’40, los pasajeros de un vehículo de transporte público sufren las constantes irrupciones del ejército en la ruta, la desesperación por llegar, el miedo ante un camino que se convierte en desconocido y la dolorosa llegada a la capital cuando los nazis empiezan a bombardear. La temática –metáfora de la situación de las artes y de la propia compañía– no es casual. El Teatro Nacional de Belgrado, íntimamente ligado a la historia de Serbia y una de las instituciones culturales más sólidas de los Balcanes, ha sobrevivido dos guerras mundiales, el establecimiento de un país y el desmonoramiento del mismo.
Desde la otra punta de Europa, la bailadora flamenca Eva Yerbabuena deslumbró al público acompañada de diez bailarines y ocho músicos, con un espectáculo gitano que desempolvó la tradición de este folklore. “Eva es el nombre del espectáculo con que esta compañía se fundó”, dice la española. “En ella, mi esposo Paco Jarana y yo pusimos mucho sentimiento e ilusión. Mucha gente se sorprendió porque era una mujer la que estaba decidiendo fundar su compañía, la que creaba las coreografías, la que llevaba el trabajo en la escena. El mundo del flamenco es muy machista”, cuenta quien fue calificada como “superior a Joaquín Cortés y Sara Baras”. El correlato de la Yerbabuena en el mundo del tap puede encontrarse en Savion Glover, norteamericano que más que bailarín es un percusionista que toca con sus pies. Así lo presentaba un diario estadounidense: “Si al pensar en tap sólo se les ocurre Sammy Davis Jr. haciendo sonar el piso como una máquina de escribir, Gene Kelly en Bailando bajo la lluvia y Fred Astaire contoneándose en Sombrero de copa, lo lamentamos por ustedes –han visto demasiado del viejo Hollywood y olvidado la realidad–; los zapateos han encontrado nuevos rumbos con Glover, un hombre que a primera vista parece un cantante de reggae o a juzgar por su talento con los pies, un primo hermano de Ronaldinho”. Glover estrenó con éxito en Bogotá su nuevo espectáculo, Nature boy. Con él se completa la lista de los más celebrados en la décima edición del FITB que –con excepción de las tan esperadas producciones Días felices, con dirección de Peter Brook, y Las tres hermanas de Chéjov, interpretada por un elenco ruso de lujo– en su primera semana tuvo a la danza como gran protagonista.
Informe: Alina Mazzaferro.
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