TEATRO › COMIENZA HOY LA SEMANA CATALANA EN TIMBRE 4
El encuentro, que se desarrollará en Timbre 4, incluirá tres unipersonales provenientes del festival Temporada Alta. A estos espectáculos se sumarán una actividad pedagógica y un torneo de dramaturgia. Los organizadores buscan enriquecer el intercambio teatral.
› Por María Daniela Yaccar
Uno de los festivales de teatro más importantes de España, calificado por la prensa como el mejor del país, desembarcará en territorio porteño. Se trata de Temporada Alta, que se desarrolla durante octubre, noviembre y diciembre en las ciudades españolas de Girona y Salt, desde 1992. La sala independiente que conduce Claudio Tolcachir, Timbre 4 (México 3554), abre sus puertas a partir de hoy al público interesado en conocer una selección de producciones oriundas de Catalunya. Habrá invitados destacados, con trayectorias admirables, como el actor Sergi López y el dramaturgo Jordi Galceran. Al puñado de espectáculos, bien diversos entre sí según los organizadores, se sumarán una actividad pedagógica y un torneo de dramaturgia.
Según Jonathan Zak y Maxime Seugé, los productores de Timbre 4 –que también son actores– fueron varios los factores que se combinaron para que Temporada Alta llegara a Buenos Aires. “Fuimos a este evento con las últimas tres producciones de Claudio (Tolcachir): El viento en un violín, Tercer cuerpo y La omisión de la familia Coleman. Generamos una buena relación de amistad con quienes lo organizan”, arranca Zak. Seugé se refirió a la atención que los españoles prestan a los espectáculos argentinos. De sus palabras se desprende que hay algo así como una devolución de favores. “Ellos están muy interesados con la Argentina. Son muy generosos. Siempre tratan de tener un ciclo argentino. Muchos creadores de acá muestran lo suyo allá, como Spregelburd. Las primeras giras que hicimos a Europa las hicimos a través de este festival”, dice el joven francés, que se enamoró de una argentina y se quedó en Buenos Aires haciendo teatro. “Es la primera vez que recibimos a un festival y es la primera vez que este festival se desarrolla fuera de España”, se entusiasma Zak. Seugé y Zak son dos del grupo de seis que (auto)gestionan una de las salas independientes más prestigiosas del circuito porteño.
El proyecto surgió de la colaboración entre el festival y Timbre 4, con la intención de acercar la producción catalana a los espectadores argentinos. Y responde, también, al interés que tienen quienes manejan el teatro de Boedo de que sus salas funcionen como plataformas de exposición y de difusión de trabajos extranjeros. Han trabajado con Uruguay, Francia y Suiza. “El año pasado, en el cierre del festival, anunciaron que iba a haber una edición porteña. La gente se copó”, desliza Seugé. “Está buenísimo traer producciones de afuera a nuestro teatro. Pasa muy poco en este momento. Tratamos de aportar eso y de democratizarlo. Nuestro teatro se nutre al recibir teatro de otros países. Y a ellos les funciona como una ventana de lo que pasa en Catalunya. Hoy están todos los ojos puestos en Buenos Aires. Se dio una alianza recopada. Y con recursos de unos y de otros pasó”, completa su compañero. Con “recursos”, aclara, se refiere “al trabajo y a las salas”. Para los pasajes consiguieron apoyo de Lull, un organismo español.
Uno de los invitados centrales es el actor Sergi López, que ha participado en incontables películas tanto en Francia como en España y es, además, un amante del teatro independiente. Será rico conocer su experiencia de primera mano. Sus primeros pasos los dio a los 19 años llevando sus creaciones a diferentes lugares de España, viajando en una camioneta (ver recuadro). Estará presentando Non solum, un unipersonal que escribió con Jorge Picó (mañana y miércoles a las 21). El catalán cuenta a Página/12 en una charla telefónica de qué trata el espectáculo: “Es esencialmente cómico. Hay gente que lo ha bautizado como comedia existencial. No es una dramaturgia clásica, es un poco marciana, extravagante y surrealista. Nos gusta aprovechar la fuerza de sugestión, poesía y movimiento que tiene el teatro”. Luego de aclarar que su obra es “más fácil de ver que de explicar”, el actor de El laberinto del fauno añade que interpreta en el escenario a un puñado de personajes. “Son muchos pero todos iguales, porque todos tienen mi cara, mi barriga, mi acento. Los personajes se empiezan a preguntar si son todos el mismo. Hablo de las múltiples posibilidades del ser humano”, concluye, con una simpatía que viaja kilómetros y que, según revelan otras notas que le han hecho, es su marca registrada.
Otra visita esperada es la de Jordi Galceran, autor conocido mundialmente por El método Gronholm. El dramaturgo participará de un torneo de dramaturgia, un juego que tuvo dos ediciones en el festival español y que aquí representa una novedad. “Es un invento de Jordi Casanovas, un autor catalán con ideas, que lo pensó para el festival. Es muy sencillo. Consiste en una serie de duelos entre dos autores. Nosotros escribimos una obra para dos personajes, de unos 40-45 minutos. El mismo día de la lectura nos reunimos con los actores que la organización nos ha asignado para un par de horas de ensayos. Luego, esos actores la leen al público, que vota cuál le ha gustado más. La que gana, pasa ronda y competirá con otra obra, pero con actores distintos, y así hasta la final.” En la Semana Catalana en Timbre 4 dos autores españoles competirán con dos argentinos. La competencia será entre Galceran y David Plana –que han ganado las dos veces en su país– y Diego Faturos y Francisco Lumerman. Este evento es a la gorra (miércoles, jueves y domingo a las 21).
A Zak y Seugé, que coordinan la programación de Timbre 4, la realización del festival les vino como anillo al dedo. “Sucede que es muy difícil armar un cronograma en este teatro. Solemos ofrecer las obras de Claudio y de otros dramaturgos que son profesores de la escuela, pero cuando se van de gira nos quedan muchos huecos. Entonces, atendimos al deseo de hacer esto, que es algo que nos copa”, explica Seugé. Las tres producciones que se verán son unipersonales catalanes que ya pasaron por el festival español. Son el ya mencionado Non solum; Insomni, de Xavier Bobés (sábado a las 21 y a las 23, domingo a las 17 y 19), y Striptease, de Pere Faura (hoy a las 21 y mañana a las 23). “La curaduría la hizo el curador del festival español. Tenían que ser obras de pequeño formato, porque no tenemos mucho presupuesto para técnica y no podemos traer a demasiada gente. Por eso son todos unipersonales. Con esos criterios buscaron lo mejor. Son todos trabajos bien distintos entre sí”, se explaya Zak.
Bobés, quien también dará un taller, se aboca al teatro de objetos. Faura, en cambio, apuesta a la performance combinando proyecciones y danza. El último día tendrá lugar una Noche Catalana (domingo desde las 21.30), que consiste en una miscelánea de actividades: habrá desde danza hasta un torneo de metegol, pero el plato fuerte será una mesa de la que participarán Galceran, Plana, Tolcachir, Faturos y Lumerman. El moderador será el crítico e historiador teatral Jorge Dubatti. “Una semana no es una cosa súper grande, pero nos tiene entretenidos”, cierran Zak y Seugé.
La experiencia les dicta a Zak y Seugé que el teatro autóctono se nutre cuando a las salas porteñas llegan espectáculos de otros países. “Timbre es una escuela. Nos gusta que vengan de otros lugares porque afuera hay otra forma de pensar el teatro: se escribe y se produce de otra manera. Está bueno que vengan mentes distintas. Nos gusta contactar con eso a nuestros alumnos”, recalca Seugé. Los distintos encuentros han dado sus frutos. El productor cuenta que, a partir de la visita de la compañía francesa Théâtre du Soleil, surgió una coproducción de la que participan alumnos de Timbre 4, pronta a estrenarse en París.
“Muchos extranjeros no terminan de entender cómo se hace teatro acá. Ven algo fresco y con pocos recursos. Para a los europeos, teniendo en cuenta el momento que les está tocando, les viene bien venir y nutrirse. Nos visitaron unos suizos que se fueron relocos con la experiencia de hacer las cosas como se hacen acá. Se llevaron un bagaje copado. Allá en muchos lugares no se ensaya si no hay guita”, apunta Zak. Seugé completa: “Y para nosotros, tener a un suizo o a un alemán en nuestra sala de 8 x 8 es fascinante”.
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