El féretro con los restos del músico Paco de Lucía abandonó ayer el Auditorio Nacional de Madrid camino a su ciudad natal, Algeciras (Cádiz), alrededor de las 18, hora local. El auditorio en el que se instaló la primera capilla ardiente cerró sus puertas entre ovaciones de los concurrentes, y la despedida coronó una emotiva jornada en la que representantes del mundo del espectáculo y la política, así como ciudadanos anónimos, expresaron sus condolencias por la inesperada pérdida. Luego, según lo previsto, el cortejo fúnebre del guitarrista, fallecido el miércoles, a los 66 años, en México, llegó a su ciudad natal alrededor de la medianoche. Allí, el cuerpo recibirá su último adiós, antes de ser inhumado, en una ceremonia que se extenderá durante la jornada de hoy. Por deseo de la familia, el funeral tendrá lugar en la segunda de las capillas ardientes, instalada en el salón de Plenos del Consistorio de Algeciras.