El argentino Victorino Luján y el italiano Mauro Mozzani conforman el dúo de clowns a cargo de los roles protagónicos de Corteo, espectáculo del Cirque du Soleil, troupe de origen canadiense y formación multinacional que llegará al país por quinta vez. El anuncio del debut, que se producirá el 6 de junio próximo, tuvo lugar en el Complejo al Río (Laprida y Bartolomé Cruz, Vicente López), en cuyo predio se alzará la carpa blanca de veinte metros de altura que albergará a 2700 espectadores. Un mes antes, a partir del 3 de mayo, el espectáculo hará 12 funciones en la ciudad de Córdoba.

Corteo, que en italiano significa “cortejo”, tiene características completamente diferentes del resto de la producción de la afamada compañía creada en 1984 en Quebec, según señaló a Página/12 Patrick Flynn, director de gira del espectáculo: “Corteo fue creado en 2005, en un momento de gran auge del Cirque du Soleil, cuando sus espectáculos estaban enfocados hacia lo contemporáneo y lo futurista. Realizar este homenaje a la vida y el arte del payaso fue apostar a algo diferente”, subrayó en perfecto castellano. Adelantó además que Corteo es “el funeral que un payaso sueña para sí mismo, un funeral alegre como corresponde a un clown, que convoca a un viejo amigo para recordar los buenos momentos vividos”. Así, a diferencia de otros shows de la compañía, Flynn adelantó que “no habrá bichos ni animales de ficción, tampoco bosques encantados, solamente seres humanos que repasan lo que vivieron con cariño y pasión, como si fuera el cortometraje de su vida”.

Creado y dirigido por el italiano Daniele Finzi Pasca, el espectáculo tuvo su estreno en Montreal, presentado por el mismo creador de la compañía, el ex acordeonista y lanzallamas Guy Laliberté. En esa oportunidad, aclaró a la concurrencia que se trataba de “un experimento del Cirque du Soleil, su versión más teatral”. Con 60 artistas –incluidos músicos y cantantes– cuyos vestuarios remiten a la estética de fines del siglo XIX, con la ambientación propia de los antiguos circos de pista circular, pero con toda la parafernalia técnica característica del Cirque du Soleil, Corteo ya fue visto por más de 7 millones de espectadores en 12 países. Las entradas, que ya están a la venta, oscilan entre 450 y 1700 pesos.

Mozzani y Luján componen un dúo singular. El primero interpreta al payaso Mauro, aquel que sueña sus propias honras funerarias, en tanto que el argentino, que mide algo más de dos metros de altura, tiene a su cargo el personaje llamado Payaso Gigante, un clown bizarro, a medio camino entre golfista y cantante de ópera. Ambos actores cuentan a este diario que el espectáculo surgió en un laboratorio conducido por el director Finzi Pasca quien, a partir de la idea del cortejo mortuorio, trabajó los personajes sobre la base de las características de ambos clowns. “Daniele trabaja con lo que va detectando en los intérpretes, así que los personajes fueron saliendo de no-sotros mismos”, señalan.

Victorino Luján: –Sí, al director le gusta jugar con diferentes dimensiones. Así como en el show hay un plano terrestre y otro celestial, al lado del payaso gigante aparecen artistas liliputienses. En ese juego con lo disímil se quiere demostrar que es posible la armonía en la diversidad.

Mauro Mozzani: –Cada momento de su vida –la niñez, el primer baile, sus amores, la iniciación en el circo– tiene un correlato acrobático. Todo sucede como un flujo de la memoria: las imágenes van pasando como en un desfile alegre o melancólico. Pero también hay mucho humor.

V. L.: –Es un espectáculo de características particulares porque trae personajes reconocibles, muy humanos, sin máscaras y hasta con poco maquillaje. No es éste un espectáculo abstracto, como otros del Cirque du Soleil. Tiene todo el poder de la tecnología, pero a la vez tiene una dimensión muy teatral.

M. M.: –Nuestra línea de clown es poética, no hacemos bromas o golpes al estilo slapstick ni referencias a la actualidad. A Daniele le gusta decir que es un clown épico, que con sinceridad y honestidad se dirige al público.

V. L.: –Y no lo hacemos en un lenguaje inventado sino que hablamos en la lengua del lugar. Ya hicimos funciones en inglés y francés, y también tuvimos que aprender nuestras líneas en ruso y en japonés. El problema lo tuvimos cuando, durante algún imprevisto, debimos salirnos del libreto...