En el escenario armado frente a la plaza principal de la ciudad de Jujuy, casi frente a las puertas de la Casa de Gobierno, hubo diablos de Carnaval y se escucharon sikus y tambores. Fue la noche del viernes pasado, cuando el público local y los elencos de todo el país participaron de la ceremonia inicial de la edición número 29 de la Fiesta Nacional del Teatro, que hasta el domingo 11 de mayo se realiza en la capital jujeña. Sin embargo, se anunció que algunas de las expresiones artísticas programadas se trasladarán a localidades de la Quebrada y la Puna, con la idea de “regionalizar este espacio de encuentro y comunicación”, según subrayó Gustavo Morales, secretario de Cultura de la provincia anfitriona. Junto al funcionario estaban Guillermo Parodi, director del Instituto Nacional del Teatro –principal organizador del evento– y Rodolfo Pacheco, representante provincial de la misma entidad, quienes tuvieron a su cargo sendas palabras de apertura de la muestra anual que reúne los espectáculos seleccionados en cada provincia que, en este caso, según había adelantado el mismo Pacheco, fue pensada “no como una sucesión de obras, sino como un espacio de reflexión, opinión y debate”. Un ejemplo que dio cuenta de este objetivo fue el Ciclo por la Memoria, organizado por el INT local juntamente con Inés Peña, presidenta de la Asociación Madres y Familiares de Detenidos y Desaparecidos de Jujuy.

Así, durante las primeras jornadas de presentación de las obras –ya se vieron espectáculos de Catamarca, Santa Fe, Tucumán y Formosa– fueron repuestos cuatro espectáculos locales sobre temas vinculados a la represión en la provincia, con la idea de “generar conciencia sobre lo que fue la dictadura en Jujuy, para acompañar las instancias del juicio a los responsables de La noche del Apagón”, según señaló a este diario el representante provincial, haciendo referencia a Carlos Blaquier, presidente de la empresa azucarera Ledesma, y al ex administrador de la firma Alberto Lemos, ambos procesados por su participación en 29 secuestros, en junio de 1976. En la presentación de la primera de las obras del ciclo –El familiar, por el grupo Senda, con dirección de Vicky Mamaní–, Inés Peña expresó: “Estamos expectantes de tener a Blaquier y a Lemos en el banquillo de los acusados. Y porque la dictadura se ensañó, entre otras cosas, con las manifestaciones culturales es que buscamos reconstruir la memoria a través del teatro”, afirmó (ver aparte). Las otras obras, algunas de las cuales fueron presentadas en el Colegio de Abogados de Jujuy –lugar donde tienen lugar las audiencias orales y públicas de los juicios–, fueron A la memoria, con dramaturgia y dirección de María Jimena Sivila Soza; Barbarita Manuela, de Renata Kulemeyer, y Soy Antígona, por el grupo El peregrino, bajo la dirección de Fernando Balderacchi. Por otra parte, para asegurar la continuidad en el tema, en breve se espera el cierre del concurso de dramaturgia La noche del Apagón, del que surgirán obras que luego editará el INT.

De Santa Cruz de la Sierra, el grupo Casa Teatro presentó Tu nombre en Palo Escrito, de Oscar Barbery Suárez, con dirección de René Hohenstein. La obra muestra la caída en desgracia del corregidor de un pequeño pueblo cruceño, cansado de soportar abusos de autoridad y corrupción. Aunque en realidad, la maniobra de relevo fue realizada por su hermana y su cuñado para usufructuar de los mismos beneficios. Ricardo III, personaje histórico también especialista en correr de escena a familiares para asegurarse poderío, fue el centro obligado de Ricardo, una farsa, montaje presentado por el notable elenco de la Comedia Universitaria de Santa Fe, con dirección de Sergio Abbate. Ajustada al original de Shakespeare y a la vez libre y hasta desfachatada, la versión hace el seguimiento de las traiciones del deforme protagonista que mata a hermanos y sobrinos hasta conseguir la corona. Lo mejor del conjunto es la alternancia de efectos y estilos de actuación, ya que pasan de la parodia y el absurdo a la interpretación del texto por fuera de toda pretensión humorística. Otra puesta festejada por el público fue Inverosímil, obra del cordobés Ariel Dávila, puesta por el grupo chaqueño Los del Callejón, dirigido por Víctor Cardozo, una disparatada vuelta de tuerca al mito trágico de Edipo.