TEATRO › “MISTERIO DEL RAMO DE ROSAS”, EN MULTITEATRO
La puesta de Luciano Suardi soslaya el melodrama y profundiza las ensoñaciones implícitas en el texto de Manuel Puig.
› Por Hilda Cabrera
¿Cómo apartar de la tristeza a la paciente que en el cuarto de una clínica de lujo arrastra una desgracia, se niega a comer y aun así no olvida ser arrogante y mandona con la enfermera que ha contratado? La acción de Misterio... arranca el primer día de trabajo de quien asiste a la internada que sufre depresión y se ha recluido en la clínica no sólo por consejo médico. Ella piensa que va a morir y no quiere que el final la sorprenda en soledad o se produzca por un estúpido descuido. El traslado no le garantiza, sin embargo, un auxilio competente. La contratada le advierte que no se diplomó, y la señora acepta la falla, convencida de que no la harán cambiar de opinión y podrá seguir haciéndole ascos a la comida. La enfermera se muestra distante y cauta, aunque dispuesta a confesar algo más: el temor a ser despedida si no prueba bocado. Como al pasar, señala una coincidencia: su madre falleció en la misma fecha que la paciente perdió al nieto de 22 años en un accidente automovilístico.
Planteada la situación, los diálogos van tejiendo una trama de verdades y mentiras, áspera y despareja, teñida de elementos fantásticos que propician mutaciones de la identidad utilizadas aquí para proyectar deseos y miedos, reconsiderar afectos y discutir con quienes ya no están en el mundo. El momento es delicado, pero Misterio... le reserva un espacio a la chanza. Porque, quién ha visto a una paciente acosada por la depresión reflexionar como la de esta historia o bien a una enfermera retraída atreviéndose a compartir el recuerdo de un gran amor. Pasión que si no es retribuida se inventa, como hacen ellas cuando fantasean ser jóvenes y merecedoras de un bello ramo de rosas.
En el rol de la mujer que decidió ayunar para siempre, Cristina Banegas se afirma en cada escena. Dominique Sanda avanza, en cambio, entre titubeos, acaso por imposición de su papel (una enfermera que no es lo que aparenta) o por la extrema sobriedad con la que encara su parte. Radicada desde hace siete años en Argentina, la actriz de El jardín de los Finzi Contini, Novecento, El conformista y, entre otras películas, Yo, la peor de todas, El viaje y Garage Olimpo no resuelve totalmente su labor en el escenario, lograda sí en las escenas de contrapunto –cuando su personaje opone cortedad al arrebato de la paciente–, pero débil en los monólogos que deben transparentar aquello que sucede en la mente de la enfermera.
Escrita en 1987, Misterio... reúne características de otros textos de Manuel Puig. Ironías e ingenuidades presentes en sus novelas Cae la noche tropical, La traición de Rita Hayworth, Maldición eterna a quien lea estas páginas y Boquitas pintadas. Esta última, adaptada a la escena en 1997 por Renata Schusheim y Oscar Araiz y reestrenada seis años más tarde con participación de Jean François Casanovas.
La première mundial de Misterio... tuvo lugar en Londres, siendo escenificada luego en Los Angeles, Nueva York y México D. F. y en ciudades de países europeos (Italia, Alemania, Dinamarca y Checoslovaquia). En Buenos Aires se estrenó en 2002 una versión en Espacio Abierto, con Roxana Randón y Ana Padilla, dirigida por Mónica Buscaglia. Quizás una de las traslaciones más difundidas de la producción de Puig fue El beso de la mujer araña, sobre la que el mismo autor realizó además una adaptación para el cine, dirigida por el argentino Héctor Babenco. Convertida en exitosa comedia musical por Harold Prince, recorrió los teatros del mundo. En Argentina se presentó en 1995 un calco de este espectáculo, con Valeria Lynch. Respecto de Misterio..., el director Luciano Suardi soslaya el melodrama y se apuntala en las ensoñaciones y fantasmagorías que en su puesta impresionan desgajadas del conjunto, un poco a la manera de un juego de niños donde cada situación se resuelve prescindiendo de otras. Esta forma de presentar la historia genera a veces alguna sorpresa. Un ejemplo es la intempestiva mención de que siempre se elige a la persona que nos acompañará en el momento final, sin importar que exista realmente o sea parte del recuerdo.
7-MISTERIO DEL RAMO DE ROSAS
De Manuel Puig (1932-1990)
Intérpretes: Cristina Banegas y Dominique Sanda
Actriz invitada: Ana Padilla
Escenografía y vestuario: Jorge Ferrari
Iluminación: Jorge Pastorino
Música: Carmen Baliero
Adaptación y dirección: Luciano Suardi
Asistente de dirección: Matías Umpierrez
Idea y coordinación: José Miguel Onaindía
Producción general: Ricardo Manetti
Lugar: Multiteatro, Av. Corrientes 1283.
Funciones: miércoles a las 19, jueves y viernes a las 21; sábado a las 20 y 22. Reservas: 4382-91240
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