TEATRO › ANA ALVARADO Y MARIANO MAZZEI HABLAN DE LA PUESTA DE SOLA NO ERES NADIE
La obra es el monólogo de una chica trans que “necesita estar en compañía de otras mujeres que la acepten y protejan”.
› Por Cecilia Hopkins
Escrita por Natalia Villamil, Sola no eres nadie narra en formato de monólogo la historia de una chica trans que realiza un viaje de reconocimiento personal que la libera del círculo de prejuicios que la condena. La obra fue una de las ganadoras de la tercera edición del concurso de dramaturgia Nuestro Teatro y fue estrenada a fines del año pasado en el ciclo del mismo nombre que tiene lugar en el Picadero, en homenaje a Teatro Abierto. Las obras a ser consideradas debían abordar un tema relacionado con la vida en democracia. Una vez premiado este monólogo, Mariano Mazzei fue el elegido para interpretarlo y Ana Alvarado, para dirigirlo.”Fue todo un encuentro”, define el actor en la entrevista con Página/12, junto a Alvarado, poco antes del reestreno del mismo espectáculo que puede verse los sábados a las 21.30 en La Carpintería, Jean Jaurès 858.
“Para sentirse mujer, este personaje necesita estar en compañía de otras mujeres que lo acepten y protejan”, define Mazzei y aclara que “generar estos lazos amistosos es la forma que encuentra para sentirse útil y querida”. Esta necesidad de apoyo está directamente vinculada con el nombre de la pieza, que alude a una obra de Bertolt Brecht, Un hombre es un hombre. Así, la protagonista realiza un recorrido por diversos espacios en los que encuentra aliados y detractores por igual, y termina afianzando la relación consigo misma y con su propio deseo. “La obra también habla sobre la intimidad de las casas donde hay empleadas domésticas –amplía Alvarado–, esos mundos donde se generan vínculos extraños entre ellas y sus patronas.” En el trabajo previo a los ensayos, actor y directora decidieron que la protagonista había salido de un entorno rural antes de llegar a la gran ciudad. Es por esto que Mazzei interpreta al personaje con acento litoraleño y suma, además, fragmentos de cantos folklóricos tradicionales a la música original de Gustavo García Méndy. Y si luego de acompañar ciertos momentos de intimidad la misma música se vuelve batalladora es “solamente para que el monólogo termine ‘arriba’ y nada más que para eso”, según subrayan actor y directora. Porque, según aclaran, su intención no es “bajar línea” sobre el tema de la discriminación proveniente del rechazo de la identidad sexual.
–¿Qué les hizo pensar este personaje?
Mariano Mazzei: –Al leer el texto, enseguida imaginé que venía de alguna zona rural del interior del país, por su inocencia. Viene a ayudar a otros, quiere ser útil y no tiene nada de la picardía que se aprende en las ciudades.
Ana Alvarado: –Es un personaje que hubiese podido existir en Zárate, donde me crié. Por su educación precaria, su humildad y soledad respecto de otras personas que podrían estar sufriendo lo mismo. En ese viaje suyo percibe que otros son víctimas de la violencia de los otros o de la imposibilidad de ver a los demás.
–¿Pensaron que la obra puede tener un costado reivindicativo?
A. A.: –Solamente cuenta una historia, las vivencias emotivas de un personaje que “dice” su vida frente a otros. Pensamos que este monólogo es más que una obra para ser mostrada en un evento sobre diversidad sexual. No sacamos una bandera para decir una tesis o algo en especial. La idea es sensibilizar y conmover al espectador también desde las posibilidades expresivas de la propia actuación.
–¿A quién le habla este personaje?
M. M.: –El personaje le habla al público para que se conecte con su proceso de vida. Para mí, el público, además de un interlocutor, funciona como otro actor, porque arma un diálogo conmigo y me alimenta con sus reacciones. Este es mi tercer unipersonal, después de Quien lo probó lo sabe y Jesucristo.
–Ultimamente hay mucha dramaturgia que aborda el tema de la identidad sexual...
A. A.: –Será porque estos temas se pusieron en el tapete en palabras, para reflexionar sobre ellos.
M. M.: –En palabras y hasta en leyes. Hoy, este personaje podría tener un nuevo DNI.
A. A.: –Años atrás, esta obra podría haber parecido una humorada, una parodia. La sociedad tiene frases hechas en relación al travestismo, a lo trans, pero paulatinamente se puso más sensible al tratamiento humano de estos temas. Aparecieron nuevos escenarios para reflexionar sobre la realidad. Hace un tiempo los actores hacían personajes de clase media, con conflictos parecidos a los suyos. Lo que aparece acá es la necesidad de mirar al otro, a los que tienen una vida diferente a la propia.
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