Unas treinta historias arrancadas a la memoria de la compañía; secretos, vivencias e invenciones conforman Les Éphémères, el espectáculo-estrella del VI Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) que ganará la ciudad durante casi todo el mes. El propósito manifiesto de los integrantes del Théâtre du Soleil y de su directora, Ariane Mnouchkine, es que el espectador se reconozca en esas instantáneas; que fije su atención en la fragilidad del humano embrollado en su mundo personal. De ahí el título referido a lo efímero, a quien está de paso pero no abandona la pretensión de dejar huellas. Las marcas serían estas escenas que la artista francesa elaboró junto al elenco del Soleil, teatro que se remonta a 1964, cuando Mnouchkine lideró otro equipo con sus compañeros de la Asociación Teatral de Estudiantes de París. Desde el comienzo apuntó a la tarea colectiva, a un estilo que articulaba lo artístico con lo político, social e histórico, y rescataba técnicas circenses y orientales.

Los pequeños universos que confluyen en esta obra requieren de un elenco numeroso, que aquí se completa –por la naturaleza integradora de la propuesta– con personal de cocina y librería. La duración total del espectáculo es de ocho horas, incluido el intervalo de una hora destinado al descanso y al refrigerio o cena. Los organizadores comunicaron el viernes un atraso: la función que debía tener lugar hoy, a las 15, fue suspendida por la demora en el arribo de la carga al puerto de Buenos Aires. Queda en pie la promesa de que será nuevamente programada.

De modo que el inicio de la sección internacional del FIBA tendrá lugar mañana, con la presentación de Conjunto di Nero, de Holanda; mientras que en el cierre, previsto para el domingo 23, se verán Kagemi (de Japón) y Big in Bombay (Alemania). En cuanto a Les Éphémères, la primera función será –hasta el momento– la del sábado 8. Se recuerda que la música original pertenece a Jean-Jacques Lemètre y la concepción del espacio es una creación de Mnouchkine y colaboradores. Esta obra fue estrenada en diciembre de 2006 en el teatro La Cartoucherie, en un parque situado al este de París, donde el Soleil se instaló en 1970. Luego de las funciones en Argentina (algunas integrales y otras ofrecidas de modo parcial, en dos partes de 3 horas 15 minutos cada una), este trabajo se verá en Brasil (Porto Alegre y San Pablo) y luego –si no se confirma la escala en Montevideo, Uruguay– seguirá rumbo a Taiwan.

Esos episodios que acaso conmuevan a quienes asistan a las funciones en el Centro de Exposiciones se agrupan en lo que podría denominarse muy libremente capítulos que rescatan momentos sin relación aparente. Así impresionan cuando se conocen las declaraciones hechas por Mnouchkine en festivales y encuentros internacionales. Algunos de esos “capítulos” serían Les mondes (totalmente protagonizado por niños); Stang Bihan; La petite fille aux cigarettes; Un couple; Week end; Noël; L’institutrice; Une reencontre; Les autres; Le fils chéri; Le paradis du peuple; Intimité y Les enfants. Títulos que identifican a una serie de fotografías que el Théâtre du Soleil distribuye como material de prensa. Se trata de fotocopias de cuadernillos con imágenes, otros de ensayos que incluyen dibujos a lápiz y minipartituras que probablemente se exhiban durante las presentaciones de la obra, al igual que las notas sobre ensayos de Mnouchkine, recogidas por Charles Henri Bradier.

En Les Éphémères –que según la directora insumió un año de investigaciones– se deja testimonio de asuntos que emocionan y sorprenden, como las partidas y la fuerza del deseo, los gestos del amor y del coraje. Todos surgidos de improvisaciones compartidas con los intérpretes, de muy diferente edad y condición. Abundan los personajes de hijas y de madres (y entre éstas una compuesta por la misma Mnouchkine) y los de hijos en busca de algunas verdades sobre sus antepasados. La directora ha manifestado en los diálogos que sostuvo con el público en las numerosas presentaciones del Soleil en el mundo que de lo “íntimo” de estas historias brota lo universal, hecho que permite al espectador percibir como propios esos secretos.

Las acciones se desarrollan sobre pequeños escenarios móviles montados sobre ruedas y empujados por actores que cumplen el rol de “servidores de escena”. Se ve allí una habitación, una cocina, un salón burgués... La compañía llega con el dispositivo escenográfico completo y con decorados que ya utilizó en otros espectáculos, como el controvertido Le Dernier Caravansérail, de 2003, un trabajo sobre refugiados, y sobre ciertas banalidades de algunos “estamentos” de la sociedad francesa. El traslado de este cargamento que ocupa “doce containers grandes de carga” requirió apoyo económico extra de parte del FIBA y de las instituciones argentinas y francesas que facilitaron la presentación del Soleil. Respecto de la totalidad del Festival, la directora de esta edición, Graciela Casabé, informó que el presupuesto destinado para este año es de “algo más de siete millones de pesos”, siendo la mitad aportada por el Gobierno de la Ciudad y el resto por embajadas, auspiciantes y por los ingresos de boletería que –según la funcionaria– ascenderá a un millón de pesos.