Ante una extraña audiencia que aplaudía ante las menciones de Puccini, Wagner y “los grandes cantantes de todos los tiempos que estén en condiciones”, mencionados con motivo del homenaje con el que, a la vez, se festejarán los cien años de la sala, el nuevo director del Colón, doctor Horacio Sanguinetti, sentado al lado del flamante jefe de Gobierno, el ingeniero Mauricio Macri, habló durante unos veinte minutos y se retiró rápidamente, luego de prometer “un masterplan espiritual” y una “política austera, como demanda este momento”. A lo largo de su alocución, el director designado por Macri anunció, entre otras primicias, que en 2009 se realizaría “una ópera de Wagner, porque siempre habrá Wagner en las temporadas, aunque por ahí se diga lo contrario”, y que, en ese año, se programará Turandot, porque el 2009 “será un ‘año Puccini’ (se cumplirán 85 años de su muerte)”. También hubo otras revelaciones sorprendentes, como que “habrá una ópera de Gandini, que no compondrá una obra nueva, porque no tiene tiempo, pero gentilmente nos ha permitido que programemos alguna de las que ya ha escrito, aunque no sabemos aún cuál”. Se trata, en rigor, de la primera vez en la historia del Teatro Colón en que la continuidad institucional no se tiene en cuenta ni siquiera parcialmente y se desconoce de plano todo lo programado por la gestión anterior. Se anunció que como director ejecutivo irá Martín Boschet. El director del Coro Estable será Salvatore Caputo. Como director de Opera, Carlos Vieu; un destacado director de orquesta en pequeñas producciones independientes como director de la Orquesta Estable; el clarinetista Eduardo Ihidoype como director de la Filarmónica; el régisseur Carlos Palacios al frente de la Opera de Cámara; el ex bailarín Guido de Benedetti al del Ballet Estable y el guitarrista Omar Cyrulnik al del CETC. Ana Massone continuará conduciendo el Instituto Superior de Arte y Waldo Sciammarella permanecerá como director del Coro de Niños.