Lo primero que sucede es que las luces del teatro se apagan por completo: atención papis y mamis, conviene aleccionar a la cría al respecto, para evitar alaridos desconsolados que pueden acortar el espectáculo a un par de minutos. Lo siguiente que sucede es una combinación de música de lo más diversa, muñecos de brillantes colores, luces, títeres y clowns, en un desfile que atrapa y que, sin seguir exactamente una historia lineal, va narrando sin palabras emociones, climas, estados de ánimo. El Grupo Kukla ha comenzado su función.

Dos obras son las que tiene en cartel durante las vacaciones la compañía dirigida por la búlgara Antoaneta Madjarova, responsable también de la puesta en escena de ambos espectáculos. En Circo Fokus Bokus (Centro Cultural de la Cooperación, de martes a domingos) hay dos bailarinas contorsionistas, un malabarista chino, tres gatos rockeros en zancos, un domador de leones, un mago invisible, acróbatas rusos, monos malabaristas. Calidoscopio (que antes estaba en la misma sala y ahora se muda a La Plata, durante cuatro días) sigue el viaje de un niño en una aventura iniciática de exploración. La Primavera, la Ciudad, el Fondo del Mar, el Circo y el Invierno son parte de la magia del mundo que se abre al descubrimiento.

Las luces y la música son sostenes importantes en ambas obras. El viaje y el circo transcurren entre melodías de Gershwin, Tchaikovsky, Liszt, Debussy y Prokofiev, pero también con rock, percusión africana, música electrónica, ritmos circenses. También hay que destacar los hermosos muñecos de gomaespuma. El Grupo Kukla tiene más de veinte años de trayectoria y ha integrado a actores y titiriteros argentinos que trabajan con el método de las escuelas de títeres europeas. Quizá logrando una historia más compacta y efectiva en el caso de Circo Fokus Bokus que en Calidoscopio, la compañía, con sus diferentes propuestas, abre puertas que escasean: las que invitan a dejarse llevar por la fantasía.