Entre las opciones que da la tele para los chicos, hay una de producción local que va ganando adeptos sobre la base de un formato original, una interesante propuesta de concursos y juegos de memoria y, sobre todo, el carisma e histrionismo de su conductor, el actor y locutor Mariano Chiesa, toda una revelación del medio. Se trata de Veloz mente (lunes a viernes a las 15.30 por Discovery Kids), un programa que invita a los chicos, en el set y en la casa, a diferentes juegos de asociación y memoria, preparados para que los participantes vayan sorteando etapas con una sola amenaza: la divertida “lavadora de ideas”, a la que se ingresa en carrito y de la que se sale lleno de espuma, otro acierto del formato.

En cada uno de los episodios de la serie, cinco chicos (se convoca a nenes y nenas de entre 6 y 8 años) atraviesan tres rondas de juegos, de dificultad creciente. Hay un Nivel 1, con juegos de asociación por colores, formas, números o letras. En el siguiente nivel hay una historia animada que los chicos deben memorizar, para responder luego sobre diferentes detalles, demostrando quién es el que más cosas recuerda. Por último, la dupla más memoriosa llega a batirse en el puzzle de “Uno contra uno”, del que sale el ganador de la jornada. Que a su vez deberá medir su coordinación física y sus habilidades auditivas y visuales en el Nivel 3, el gran juego de “Piensa con los pies”. En su segunda temporada, Veloz mente convoca a concursantes de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México y Venezuela, para los que fueron preparados 130 juegos e historias audiovisuales.

El formato (una adaptación de la serie estadounidense Brain Surge, que ya lleva tres temporadas) logra enganchar del otro lado de la pantalla a una audiencia activa, con la inquietud de enfrentarse a los juegos antes que la parsimonia del “tirarse a ver tele”, esa que en ciertos niños llega al hipnotismo. Como se dijo, gran clave del éxito del programa es la elección de Chiesa como conductor, joven de experiencia en voces de publicidades (fue, por ejemplo, el machacador pajarito de Twistos, la pachamama de Tropicana, los mosquitos que van al muere con Raid, las ácidas cucarachas de CQC), de películas como Patoruzito o Boogie el Aceitoso y series como Barney, también con trabajos en radio (condujo el año pasado la mañana de Radio TKM, antes trabajó junto a Fernando Peña), y también como actor (actualmente forma parte del elenco de la premiada comedia musical Casi normales, en el Teatro El Nacional).

Un gran obstáculo que debe sortear ésta como todas las producciones pensadas a nivel regional y no sólo local es el uso del idioma neutro. El obstáculo, claro, se transforma en un problema cuando esa producción está pensada para un público infantil, al que se supone que debe contribuir de algún modo a formar, también en el nivel del lenguaje. La vuelta de tuerca encontrada aquí viene de la mano del mismo conductor, que logró hacer de esa limitación todo un personaje, resaltando el acento con los matices de su voz. Y así los chicos terminan preguntando: “Mamá, ¿por qué habla así?” y riéndose del chico de acento raro, antes que tomarlo como modelo del habla.