Lunes, 24 de julio de 2006 | Hoy
CHICOS › FRANCISCO “CHICO” SIMOES Y SERGIO GUEVARA ALTHABE, TITIRITEROS
Uno es brasileño y el otro, mexicano-tucumano. Trotamundos ambos, desde hoy presentan sus respectivos espectáculos en el Festival Internacional de Títeres y Teatro “Al sur del sur”.
Por Silvina Friera
Los títeres borran todas las fronteras. Basta con ver al brasileño Francisco “Chico” Simoes y al tucumano-mexicano Sergio Guevara Althabe jugar con sus muñecos durante la sesión fotográfica para comprobar el hechizo que generan esos pequeños objetos que simbolizan en sí mismos la vida y la muerte. “El títere es una máscara para revelar, no para ocultar, por eso es tan comunicativo, y los niños, como son más abiertos que un adulto, se enganchan rápidamente”, dice Simoes, director del grupo Mamulengo Presepada, un trotamundos que ya recorrió más de 25 países desde que decidió dedicarse a “unir culturas”, hace veintidós años. Guevara Al-
thabe vive con mucha emoción su reencuentro con el público argentino. Aunque nació en Tucumán y vivió un tiempo en Caleta Olivia (Santa Cruz), a fines de los años ’80 empezó un viaje incierto por varios países de América latina –Perú, Colombia, Venezuela–, hasta que se estableció en México y creó el grupo Artimañas, un proyecto teatral y artístico comprometido con la difusión del arte como medio de comunicación e inspiración. “El títere es una gran medicina para el alma de la gente”, confiesa.
Simoes y Guevara Althabe están presentando sus obras en el Festival Internacional de Títeres y Teatro “Al sur del sur”, que organizan los grupos argentinos Catalinas Sur y Libertablas. Ambos ya hicieron funciones gratuitas en el auditorio de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo. Simoes ofrecerá hoy a las 15 y a las 17 El romance del gaucho Benedito en el Circuito Cultural Barracas (Iriarte 2165), con una entrada de 5 pesos, y mañana, en los mismos horarios, en la sala Sociedad Luz (Suárez 1300), con entrada gratuita. En esta pieza –inspirada en personajes clásicos de la cultura popular brasileña que incluye payasos, magia y títeres–, el titiritero brasileño trabaja la técnica “mamulengo”, la más tradicional y antigua de Brasil. Guevara Althabe arremeterá con su Caravana de sueños hoy a las 15 y a las 17 en el teatro Verdi (Almirante Brown 736), con una entrada de 5 pesos, y el próximo miércoles y viernes en los mismos horarios en el Galpón de Catalinas (B. P. Galdós 93) y en el C. C. Barracas (Iriarte 2165), respectivamente. En esta caravana del tucumano-mexicano el eje es Nasrudín, un célebre personaje de la tradición oral de Medio Oriente que a veces puede ser un maestro, un loco o un gitano errante. “Los títeres siempre tuvieron momentos de mucho auge, lo que está sucediendo ahora es que afortunadamente los artistas de teatro y los titiriteros están abriendo muchas más puertas y espacios”, opina Guevara Althabe.
–¿Qué implicaciones tiene el hecho de que el títere sea una máscara que revela?
–Francisco “Chico” Simoes: El títere toca lo esencial de una manera distanciada. Pienso en lo que planteaba Brecht, que quería un extrañamiento del espectador. Y con el títere eso se da naturalmente, porque el público percibe con ese distanciamiento cómo funcionan las estructuras internas de las relaciones. Para mí el teatro, pero el títere en particular, cumple esta función de revelar lo que un niño piensa. Cuando un niño habla espontáneamente con un títere está poniendo en ese diálogo sus pensamientos.
–Ambos están comprometidos desde lo artístico con las realidades de las comunidades en las que se van presentando. ¿Cómo trabajan en sus obras las temáticas sociales y políticas?
–Sergio Guevara Althabe: Caravana de sueños es el sueño de un titiritero que viajó por todas partes buscando el oficio y la manera de mostrar los cuentos de Nasrudín, un personaje de la tradición oral de Medio Oriente, que es el pícaro del pueblo, el que siempre sale victorioso y que mediante el humor es capaz de darte una enseñanza. Detrás de la carcajada que provoca te deja una semilla de cuestionamiento, te lleva a indagar qué es lo que está pasando con la gente, con la humanidad. La idea que transmite el espectáculo es que hay que cumplir tu sueño cueste lo que cueste, entregarte con todo tu corazón y hacerlo realidad. Y esto tiene todas las derivaciones sociales y políticas que se puedan y quieran encontrar. Uno de los cuentos que sucede en la obra es El pájaro de la selva, una fábula de Rumi que se refiere al derecho a la libertad que tiene toda la gente y todos los animales y eso es sumamente fuerte como temática política.
–F. C. S.: El Mamulengo, al jugar con la participación del público, funciona como un espejo crítico. Antes de hacer una función, trato de conocer un poco la realidad de los espectadores. Y los títeres se ponen a hablar de esas cuestiones, el público responde y la función se “mete” con la realidad del presente al mismo tiempo que hablamos de los sueños o de la imaginación. Nuestras obras siempre son críticas y participativas y trabajan con la posibilidad de cambio para una vida mejor, para que haya un poco más de poesía. El Mamulengo camina por los pueblos, tiene esa función de “traer noticias”, de comunicar opiniones y pensamientos de una cultura a otra. Somos los saltimbanquis modernos.
–¿Qué tipos de técnicas utilizan o prefieren?
–F. C. S: Trabajo con el “mamulengo”, que es característica del nordeste del Brasil, pero que tiene una correspondencia con lo que hacían los comediantes de la comedia del arte. Es una técnica de comunicación directa con el público, típica del teatro que “camina” y que comunica algo vivo del presente. Y para eso se necesita tener bien claro los ejes y los personajes, las cosas que se plantean. Los personajes son bien seguros, pero el contexto es abierto. Esta técnica se viene transmitiendo de generación en generación.
–S. G. A.: Teatro Artimañas se llama así precisamente porque es teatro con arte y con mañas, trabajo solo en escena. Y en este espectáculo, Caravana de sueños, hay una “mojiganga”, un títere de gran tamaño que en su cuerpo tiene diferentes escenarios donde suceden las historias. Manejo títeres de guante, de varillas, de animación directa en el muñeco, sombras y fantoches, que son parte humana y parte muñeco. Para mí el títere de guante se va a ganar siempre al público por lo ágil que es, por su picardía. Esto de tener la mano dentro del muñeco a mí me permite explotar al máximo el humor y la gracia. El títere de guante es mi favorito, siempre gana a muerte.
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