Dom 11.01.2015
espectaculos

CHICOS › LUCIANO BURGOS Y EL PROGRAMA INCLUSIVO LA COLMENA DEL SUR

“Hay que recuperar el espacio lúdico”

› Por María Luz Carmona

Que los chicos tengan un espacio de juego y de expresión a través del teatro. Que participen, trabajen en grupo y se fortalezcan los lazos de solidaridad y colaboración. Esas son algunas de las metas que se propuso La Colmena del Sur, un programa del Ministerio de Cultura que funciona en distintos barrios de Buenos Aires y que está inspirado en el grupo de teatro comunitario cubano La Colmenita. El proyecto local está en permanente crecimiento y expansión. Tan es así que en los próximos días se abrirán dos nuevas sedes: una en Ciudad Oculta y otra en la villa 1-11-14. Y en marzo se crearán nuevas “colmenas” en el interior del país y en el Ecunhi. “Desde el comienzo pensamos en la colmena como concepto vinculado a la importancia del trabajo colectivo, en donde todos forman parte y son iguales. Es un espacio muy vital para los pibes y sus familias. Pensamos en el arte como herramienta inclusiva”, subraya a Página/12 uno de los referentes del proyecto, Luciano Burgos.

La Colmena del Sur surgió en la Argentina en 2012 y actualmente funciona como un programa de la Subsecretaría de Derechos Culturales y Participación Popular. Su trabajo es territorial y está centrado en la formación de grupos de teatro comunitario, especialmente dedicado a chicos y chicas entre seis y trece años, sin necesidad de que tengan experiencia teatral previa. En la actualidad hay más de 600 chicos que cantan, bailan y actúan en los elencos barriales.

Su obra, La cucarachita Martina, se presentará los viernes 16 y 30 de enero (a las 15). Y el 6, 20 y 28 de febrero (a las 15) en el Centro Recreativo Nacional de Ezeiza (Autopista Riccheri, bajada puente El Trébol, acceso Jorge Newbery). La puesta, dirigida y adaptada por Nora Mouriño y Luciano Burgos, con música original de Juan José Velásquez y Mauro Mascareño, es una fábula infantil que recrea el romance entre la Ratita Presumida y el Ratoncito Pérez, mientras recorre diferentes géneros musicales: el son, la rumba, el guaguancó, la zamba, el chachachá, el bolero, el corrido mexicano, el country, la zarzuela. Los pequeños actores integran una orquesta que interpreta en vivo las canciones más populares de estos géneros. Con gran entusiasmo y ganas de salir a escena, los chicos bailan y cantan dando forma a una obra sencilla y divertida que permite un espacio de juego permanente. “Es muy importante recuperar el espacio lúdico en los pibes. Cuando un chico juega, lo hace porque lo siente de verdad”, resalta el coordinador.

Este proyecto social y cultural busca desarrollar actividades artísticas y a la vez fortalecer los vínculos entre los chicos y su entorno familiar, en barrios vulnerables. “La idea primaria de crear un grupo a veces costaba porque los chicos vienen de una experiencia muy fragmentada e individualista, entonces lograr ese paso fue un desafío muy grande. Pero con el tiempo vemos que es alucinante el cambio que esto genera en los pibes: el respeto por el otro, el sentido de la responsabilidad, la disciplina. El hecho de sentirse valorados, cuidados y queridos les eleva la autoestima”, destaca el coordinador, luego de uno de los ensayos de la obra, en una escuela del barrio Ejército de los Andes, más conocido como Fuerte Apache, en Ciudadela.

Es evidente que los chicos de La Colmena se apropiaron del proyecto al igual que muchas de las familias que los acompañan. Desde el vestuario hasta la escenografía de las obras es realizada por una cooperativa integrada por padres y madres de los niños actores, generando de esta manera una fuente de trabajo para ellos. “Es muy emocionante y gratificante ver los cambios y las devoluciones que hacen los chicos. Siempre devuelven más de lo que nosotros damos. Con muchos pibes se genera un vínculo afectivo que perdura y trasciende. De hecho, la idea es que los adolescentes cuando llegan a una cierta edad sigan en el grupo como profesores, para que sigan vinculados con el proyecto”, cuenta el actor, director y coordinador del grupo. “Al verse con un vestuario propio, arriba del escenario, se sienten útiles, valorados, respetados, que tienen un espacio, una visibilidad. Y eso es muy gratificante para quienes formamos parte del programa”, concluye Burgos.

En la actualidad, La Colmena del Sur cuenta con cuatro sedes en Buenos Aires: Villa Ilaza (Lanús), William Morris (Hurlin-gham), Barrio Ejército de los Andes (Ciudadela) y La Boca (en coproducción con la compañía Catalinas Sur). En estos barrios, el programa también desarrolla espectáculos y talleres para consolidar los lazos con la comunidad. Este año se abrirán nuevas sedes en Mendoza, Córdoba, Ushuaia y Jujuy.


Talleres de arte en la vereda. En un viejo contenedor portuario reciclado, que puede ser tanto una biblioteca, una galería o un teatro, cada semana el Centro Cultural Nómade elabora nuevas propuestas culturales. Esta vez habrá juegos, talleres y actividades artísticas. Hoy y mañana de 14.30 a 19. P. de Mendoza 1929. Gratis.

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