Sábado, 6 de junio de 2015 | Hoy
CHICOS › TRIBUTO A LAURA DEVETACH EN EL FESTIVAL GUSTAVO ROLDAN
La autora de La torre de cubos será el foco de la cuarta edición del encuentro que nació para mantener viva la literatura de su esposo, Gustavo Roldán. En el ECuNHi habrá espectáculos, narraciones, talleres, susurradores y espacios de libros y juegos.
Por María Daniela Yaccar
“Los homenajes hay que hacerlos en vida”, dice Verónica Parodi. Y se le iluminan los ojos al recordar el día en el que le comunicó a Laura Devetach que en el ECuNHi, el espacio cultural de las Madres de Plaza de Mayo, tendría lugar un festival literario que le rendiría tributo. La situación era más emocionante todavía por el hecho de que no era cualquier evento el que homenajearía a la escritora, sino el que nació para mantener viva la literatura de Gustavo Roldán, su esposo, fallecido en abril de 2012. En esta cuarta edición, espectáculos, narraciones, talleres, susurradores y espacios de libros y juegos conectarán con los cuentos, los poemas y las coplas de la autora de La torre de cubos. “Me siento muy movilizada. Admiro a Laura profundamente. Es una mujer que todos tenemos que disfrutar y apreciar. Es una defensora, una luchadora. Su literatura moviliza, desafía, incomoda, hace reflexionar y soñar. Se merece enormemente este homenaje. Todo lo que está pensado para esta edición tiene el objetivo de acercarla a las nuevas generaciones”, completa Parodi, pedagoga y coordinadora del área de Educación del Espacio Cultural Nuestros Hijos.
El Festival Literario Gustavo Roldán, que a pesar de su nombre es interdisciplinario, es una de las tres propuestas fuertes del ECuNHi para los más chicos. Han llegado a acercarse 2800 personas. Las otras son el Festival de Música María Elena Walsh y el de Teatro Infantil Hugo Midón. Cuando nació el Festival Gustavo Roldán, el escritor chaqueño había fallecido hacía muy poco, “casi un año”. “Por eso esta propuesta fue muy fuerte para todos, para nuestro equipo y para su familia, que hacía poquito que lo perdía. Ellos se sumaron inmediatamente con amor y alegría. Y desde ese momento quedó rondando la sensación de homenajear a Laura y a toda su obra”, cuenta Parodi. Y define a Devetach como un “hada madrina” de todo lo que sucede en el ECuNHi: es, justamente, la madrina del Festival Gustavo Roldán y fue jurado en la primera edición de “Quién apaga las estrellas”, el concurso literario organizado por el Espacio Cultural Nuestros Hijos en conjunto con el Plan Nacional de Lectura. La autora es, también, madrina de este certamen. “Laura acompañó todos nuestros festivales y las propuestas que llevan al ECuHNi hacia afuera, en la Feria del Libro o el Encuentro Federal de la Palabra. Ha estado siempre presente”.
“Cuando le dimos la noticia, Laura se sorprendió. Primero me dijo ‘¿cómo, no es éste el Festival Roldán?’”, comenta Parodi. “Reaccionó primero con esa duda, pero ahora está muy feliz y movilizada. Gustavo está presente siempre”, desliza. Y ésta no será la excepción, porque entre las múltiples actividades programadas para el sábado se encuentra La línea cuenta, una muestra colectiva de ilustraciones inspiradas en textos de Roldán, de la que participan Luis Scafati, Claudia Degliuomini, Federico Porfiri, Jazmín Varela, Julia Vallejo Puszkin, Mariano Lucano, Vero del Giudice y Mirella Musri, la cátedra de Ilustración de FADU-UBA, coordinada por Daniel Roldán y el Taller de Ilustración Experimental del ECuNHi, a cargo de Musri. Esta exposición continuará abierta para el público, podrá visitarse de lunes a viernes de 14 a 20 y los sábados de 10 a 14.
En tanto, desde las 14 de hoy, el espacio ubicado en la ex Escuela de Mecánica de la Armada (Avenida del Libertador 8151) ofrecerá espectáculos, talleres y espacios de juegos y de libros. Los espectáculos –de teatro, títeres, música y narraciones– han sido creados especialmente por el ECuNHi junto a los artistas. Son producciones originales. Algunas ya se mostraron en otros ámbitos, como la Feria del Libro y Tecnópolis. “Fueron pensadas para difundir el festival. Son puentes que unen a otros y otras para que crucen y vengan a este lugar, que está tan alejado y no tanto. Es una muy buena invitación para los que todavía no han venido”, subraya Parodi. Una de las obras es Planeta Devetach, espectáculo de relatos con canciones, sobre cuentos y poemas de la autora. Lo dirige Maia Mónaco y une narración, teatro y música en vivo. “Le llamamos concierto de cuentos”, define la creadora. En escena hay tres mujeres: la actriz y narradora Marina Pinus, la cantante Josefina Casco y la percusionista Gisela Lascano. “Esta mezcla entre teatro y música es lo que soy. No lo decidí, es así. Es lo que siempre hice, ir generando ese tejido. Mi tránsito por el arte siempre fue así, hecho de esa convivencia”, explica Mónaco, actriz, cantante y admiradora de toda la vida de Devetach.
“Cuando era chiquita, mi libro de cabecera era La torre de cubos. Tuve la suerte de conocerla de grande y tenemos una admiración mutua. Con Vero creamos esto desde el amor total y con la coherencia de una búsqueda estética que vengo desarrollando. Laura es una pionera. Cuando ella escribía, los chicos recibíamos, sobre todo, traducciones de cuentos extranjeros. Fue fundamental que alguien empezara a hablarnos de cosas que reconocíamos, con palabras de nuestro cotidiano y sobre fantasías que eran las nuestras”, expresa Mónaco. Y agrega que las veces que mostraron Planeta Devetach en otros espacios, “la gente grande se identificó con muchas situaciones. La obra abarcó generacionalmente a un montón de gente. Es una circunstancia esto de ser niño y ser adulto”, reflexiona la directora.
Otra propuesta fuerte es Irene y los cubos. Se trata de una adaptación para títeres del cuento que da título al libro que fue prohibido en la última dictadura militar por “exceso de imaginación”. De modo que será profundamente simbólico que este espectáculo suceda en este lugar, que antes fue del horror y que ahora se prepara para recibir a los niños para que se apasionen con las palabras. Irene y los cubos es una creación de la titiritera Marisa Taboadela y la artista visual Fernanda Bragone. “Elegimos La torre de cubos porque es un texto hermoso y simbólico. A su vez, tenía una posibilidad visual fuerte: se podían desplegar un montón de cosas. Tomamos decisiones estéticas que se desprenden del cuento original. Las torres son cajas de cartón, el vestuario que tiene Irene es color tierra. Ella hace un viaje de iniciación, salta a través de esos cubos, como en el cuento, y entra en ellos. Nos inspiramos en el texto de Laura, pero no es una copia fiel”, adelanta Bragone. “Hacer esa obra acá tiene mucho valor”, sostiene.
“Esto es sanador absolutamente”, aporta Mónaco. “Viví la adolescencia durante la dictadura. Empecé a trabajar con mi voz ya de grande, a los veintipico de años. Me di cuenta del nudo que tenía atragantado. Durante mucho tiempo, decir lo que pensabas era un peligro de muerte. De pronto, poder habitar un lugar donde uno puede decir, contar, hablar es realmente sanador. Acá hay una sensación muy fuerte. Me corre un frío por la columna todas las veces que traemos un espectáculo. Hay un frío que no se va a ir. Falta transitarlo, amasarlo mucho, ponerle mucho amor para que eso siga trasmutando. Me siento privilegiada y emocionada de ser parte de esta tarea, que sana a una sociedad, que constantemente se sigue construyendo sobre el dolor, la mentira, el ocultamiento. Esto de que los chicos no tengan ni por asomo el registro de la imaginación o la creación como posibilidad de muerte me parece fundamental para la salud social”.
De la charla con Página/12 participa también Istvansch, ilustrador, escritor y editor que brindará una performance relacionada con un libro-objeto que elaboró con Devetach, Avión que va, avión que llega (2007). Istvansch muestra cómo las hojas de este libro se despegan para hacer avioncitos de papel. Pero no son aviones cualquiera: contienen poemas. “Laura puso sólo los textos –bromea Istvansch, de Ediciones del Eclipse–. Ella tenía la idea de hacer un libro con poemas para volar en aviones de papel. Me llamó y me dijo eso, textualmente. Entonces, hice las ilustraciones. Tiene fotos también. Y tiene un troquel en la cuarta parte. Es un libro que se transforma en aviones de papel. En el momento en que se arma el avión, se arma el poema. Hay espacios de aire en donde cada uno puede mandar sus secretos y poemas totalmente visuales. Cuando todos los poemas volaron del libro, descubrís que formaste un libro de poesía que vivía dentro del libro más grande, que es lo que queda. Queríamos que el libro fuera un acto de poesía, se va desgajando, y en el momento en que se termina aparece otro. En el acto de deconstruir y liberar construiste algo. Es bello.”
“En la performance, los adultos no se animan a desarmar el libro. Los chicos, automáticamente sí. Se impresionan porque tienen claro que los libros no se rompen, pero cuando ven que está autorizado y favorecido se prenden en el juego. En escena voy narrando algunos poemas mientras voy sacando un avioncito. Los chicos quedan en estado de pasmo. Siempre se escucha bajito: ‘¡lo rompió!’. Lanzo uno y me traigo aviones preparados en bolsas, empiezo con lanzamientos, todos buscan aviones por todos lados... es un gran aeropuerto de poesía”, explica Istvansch. Ediciones del Eclipse publicó otros librosobjeto de Devetach: La hormiga que canta y Diablos y mariposas –este último ilustrado también por Istvansch–, que llegaron a las escuelas a través del Ministerio de Educación. “Adoro a Laura, nos llevamos súper bien. Fue, junto a Graciela Montes, una de las primeras escritoras que me dio para ilustrar un libro, a los 18. Desde entonces quedé muy amigo. Soy muy amigo de Gustavito Roldán hijo y de Laura. Ella es como una madre. Me cuida. Trabajamos muy bien. Su estilo de trabajo es de liberarlo a uno como artista: deja hacer y confía en el otro. Queda serena. Es distinto al trabajo con otros colegas, con los que uno comparte más el paso a paso. Los libros que he hecho con ella los leemos juntos, después yo hago mi trabajo, y antes de terminar lo muestro casi terminado”. Tanto para Istvanch, como para Bragone y Mónaco, la literatura de Devetach es un “norte”, “un camino a seguir”, que los ha marcado en sus quehaceres artísticos, como a tantos otros.
El festival, organizado por el ECuNHi y el Ministerio de Educación, incluye todavía más propuestas: un espacio multidisciplinario basado en el cuento “La planta de Bartolo”, que invitará a grandes y chicos a poner manos a la obra; Laura susurrada, un espectáculo de susurradores a cargo de Paula Martín, presentado por Santillana Grupo Editor; y Libros por todas partes, propuesta del canal Pakapaka, que llevará al ECuNHi un rincón de libros, cuentos y juegos. También la Biblioteca Nacional y el bibliomóvil de la Conabip tendrán su espacio. Una actividad destacada y dirigida al público adulto es Laura maestra: entre orquídeas, peperinas y siemprevivas: un recorrido por el taller que la autora coordinó durante más de una década, a cargo de algunas de sus discípulas. Ellas son María Inés Bogomolny, Roberta Iannamico, Iris Rivera, Ani Siro, Mirta Goldberg, Alejandra Saguier, Graciela Falbo, Juana La Rosa, María Rosa Mo, Luci Robledo, Anahí Rosello y Natalia Schapiro.
Se lanzará la tercera edición del concurso literario “Quién apaga las estrellas” (ver recuadro). Asimismo, estarán participando un buen número de editoriales: Calibroscopio, Comunicarte, Ediciones Del Eclipse, Fondo de Cultura Económica, La Brujita de Papel, Libros del Zorro Rojo, Pequeño Editor, Santillana, Uranito, que brindarán actividades para los chicos. Y estarán a disposición los discos del Catálogo de Músicas Argentinas. El primer Festival Gustavo Roldán fue pequeño. Con el tiempo fue creciendo. En efecto, las editoriales aparecieron recién en la segunda edición. “Al principio nos daba mucha intriga, porque las editoriales estamos acostumbradas a las ferias del libro. Venir acá es fuerte. Me tocó en lo personal. Es mágico lo que pasa. Los chicos no están tan pendientes de que les compren un libro, piden permiso para verlos, se sientan, se manejan de otro modo”, aporta Nadia Paz, de Uranito. La nutrida programación se completa con talleres de poesías, de juegos y narración. “Vamos a celebrarla cantidad de nuevos libros de Laura que hoy está rodando –adelanta Parodi–. Algunos son reediciones, como Un pez dorado, que ahora publicó Alfaguara. Entre las nuevas está El petirilío, que lanzó la editorial cordobesa Comunicarte. Laura sigue y sigue. Ella tiene una poesía que se llama ‘Todos ruedan’. Ella rueda y va a seguir rodando. Este es el homenaje que soñamos, el que ella merece, y todos están invitados a disfrutarlo.”
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