Vie 27.07.2007
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CHICOS › LA BANDA DEL MUSIQUERO LOCO

“Somos delirantes”

Después de haber formado parte de la Say No More Orchestra, Mariela Chintalo y Diego Dubarry concentran todas sus energías en la banda de rock infantil que acaba de editar El sapito rockerito, con la participación de algunos amigos invitados: Celeste Carballo, Pipo Cipolatti y el mismísimo Charly García.

› Por Karina Micheletto

Rock para chicos, hecho por gente que también hace rock para grandes y que se toma las dos cosas con la misma seriedad (o no). Mariela Chintalo y Diego Dubarry armaron La Banda del Musiquero Loco mientras formaban parte de la Say No More Orchestra, es decir, la banda de Charly García. ¿Espacios de trabajo antagónicos? Para nada. Los músicos explican que los dos proyectos son igual de comprometidos, es decir, igual de divertidos, es decir, igual de delirantes. Pero ahora están abocados por completo al Musiquero Loco, la banda de rock infantil que acaba de editar El sapito rockerito, con la participación de algunos amigos invitados: Celeste Carballo, Pipo Cipolatti y el mismísimo Charly García, que pone su voz y su guitarra para que escuchen los nenes. Hoy, mañana y el domingo lo presentan en Canté Prí, el “bar de chicos” del barrio de Palermo (Charcas 5216), con dos funciones diarias (a las 15 y a las 17.30).

En El sapito rockerito hay un working blues (“La hormiga Carolina”), un green pop (“Guardián de amor”), un vals embalsamado (“La momia”) o un monster swing como “Momo, un simple monstruo”, que, según explican sus creadores, es “el último gran éxito del Musiquero Loco”, porque fue “de su primera versión a la radio”. Esto es porque algunos comunicadores como Elizabeth Vernaci se hicieron fans de la banda a través de sus hijos. También hay un tema que habla de un mal de estos tiempos: Kilomberoso, que retrata a ese niño que no puede quedarse quieto, que tiene problemas en la escuela, de esos que ahora se diagnostican como “síndrome de déficit de atención”. Se trata de un bear punk, o un punk pediátrico, según definió un técnico de sonido. “Así era yo”, asegura Mariela Chintalo. “Cuando era chica, era una nena hiperactiva, no me podían tener quieta. Hoy existe el estrés infantil. Algo debemos estar haciendo mal los grandes.”

En 1997, la Banda del Musiquero Loco grabó su primer disco, Entrebichos, que fue distribuido por una de las experiencias pioneras de venta de música por Internet, mp3.com. “En ese momento, Charly nos convocó para tocar en su banda, y durante cinco años quedó como un proyecto paralelo”, cuenta Dubarry. Ahora se largaron a hacer música para chicos, con toda la seriedad del caso.

–A priori parecen proyectos bastante antagónicos.

Mariela Chintalo: –Nunca lo vivimos como un antagonismo sino como un complemento: por un lado manejamos el repertorio de Charly, que por momentos tiene una oscuridad impresionante, y como contrapartida nos volcamos a un universo más cristalino, simple y naïf. ¡Es un justo equilibrio! (Risas).

Diego Dubarry: –Además son los dos universos de los que venimos. Los dos trabajamos como maestros de música, en jardines y escuelas primarias, y los dos tocamos en bandas de rock. Mariela como saxofonista acompañó a Charly, María Gabriela Epumer, Celeste Carballo; yo estuve en la banda de Fito (Páez), después también con Charly... Conjugamos la experiencia que traíamos de las aulas (de hecho algunas canciones surgieron ahí, por el trabajo diario, sin ninguna otra pretensión) con la experiencia del rock. Con ese cóctel en la cabeza y en los oídos, dijimos: ¿cómo seguimos adelante? En un punto, esta música es muy delirante, está hecha para los chicos, es decir, pensando en ellos, pero también es para grandes... En el fondo es música, simplemente.

–¿Y qué es más delirante, tocar con Charly o tocar música para chicos?

D. D.: –¡Las dos cosas! (Risas). Son dos proyectos muy creativos, basados en lo que nos parece que tiene que ser, no mediados por el marketing. El Musiquero Loco tiene algo de la actitud del rock, y es que estamos teniendo una banda heroica, o sea, algo de lo que no hay. Quisimos hacer buena música para chicos, con buena instrumentación, con mucho tiempo de trabajo, en el sonido, en las letras... Con cada tema vamos a full, hasta donde nos gusta que las cosas suenen. Y Charly también hace lo que le parece en pro del sonido y de su idea. Así que son dos proyectos bien delirantes.

Mariela Chintalo: –Hay muchos puntos en común entre ambos proyectos, más de lo que parece a simple vista. El rock es (o debería ser) delirante y loco, como el universo de los chicos. Esa espontaneidad que tiene el rock es lo que buscamos, ese porque sí. Por supuesto que uno y otro son totalmente distintos en su contenido. Pero tienen en común la música.

–¿Cuál fue la devolución más gratificante que recibieron de los chicos?

M. C.: –Los chicos siempre te sorprenden, con lo que dicen en el show, con las caras que ponen, nunca sabés con qué van a salir. Un papá nos contaba que para su hija somos lo mismo que Barney, es decir, un juguete más entre sus cosas. Eso es muy gratificante. Hay una canción de Daniel Melero que dice “quiero estar entre tus cosas”. Nosotros queremos estar ahí, entre los chiches de los chicos.

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