RADIO › AL CIERRE DE ESTA EDICIóN, SE ENTREGABAN LOS PREMIOS ETER EN EL ND ATENEO
La fiesta en el ND Ateneo congregó a casi todas las figuras de la producción radiofónica, que celebró galardones a esta altura indiscutidos.
› Por Karina Micheletto
La sexta edición de los Premios Eter, transmitida anoche por la TV y la radio públicas en directo desde el teatro ND Ateneo, resultó no sólo la confirmación de la importancia de un galardón que logró reunir a buena parte de los hombres y mujeres que hacen radio hoy en la Argentina, y también a muchas de las figuras que forman parte ineludible de la historia del medio. Fue, además, un homenaje a los noventa años de la radio, en el que nueve figuras del medio –una por cada década– fueron reconocidas. Y fue, sobre todo, una ceremonia marcada no sólo por la emoción: también por las definiciones a las que obliga una época que impone el debate de, sobre y desde los medios, en un escenario impensado unos pocos años atrás. El gran ganador de la noche fue, justamente, una figura que tiene que ver con las definiciones explícitas a cargo de los periodistas, y también con el ejemplo que significa para las nuevas generaciones de periodistas la toma de postura honesta –esto va por cuenta de la cronista, ya que de eso se está hablando– Víctor Hugo Morales.
“Cuando hace seis años lanzamos la idea de estas distinciones teníamos solamente la convicción de que la radio se merecía un lugar de premiación propio, que había protagonistas de la radio que no debían quedar afuera del reconocimiento, los operadores, los cronistas, los productores, los programadores, las figuras históricas, y que la gente de la radio, incluidos los oyentes, no podían quedar fuera de la movida”, comenzó explicando el sentido del premio Eduardo Aliverti, director de Eter. “La repercusión no constituía nuestro interés primario, el interés era dejar testimonio de la convicción; una vez que pudiéramos lograrlo, lo demás sería yapa. Como vemos la yapa es inmensa, no sólo se trata de este teatro desbordante, de las decenas de miles de oyentes que volvieron a votar ni de la instalación mediática que estos premios alcanzaron. Se trata de que reconocerle a la radio su lugar ha sido cumplimentado con creces, y de que estos premios Eter conquistaron una credibilidad incontrastable. Hubo y habrá polémica, como hubo y habrá con cualquier premio que distinga a rubros varios y trayectorias varias. Si tiene altura, la polémica enriquece el debate y la generación de ideas. Pero acá no habrá lugar a la sospecha por quiénes votan, por cómo votan y por la amplitud de la votación. Y la yapa es inmensa porque esta fiesta coincide nada menos que con el aniversario 90 de la radio”.
El discurso inaugural de los premios contuvo la primera toma de postura, y con ella la primera ovación de la noche: “Como si fuera poco, esta fiesta empalma con la entrada en vigencia de la nueva ley de medios audiovisuales, y frente a esto queremos ser categóricos. Más allá de la adhesión de quien habla, apoyamos -y con entusiasmo- esta nueva herramienta que deja atrás la vergüenza de ser un país regido por la ley de radiodifusión de la dictadura. Lo concreto es que el instrumento está, aunque sobrevivan chicanas judiciales de quienes se oponen porque sus intereses se ven afectados. Y si el instrumento está, basta de dilatar. No tiene ningún sentido perder el tiempo con que si la ley no debiera haber sido así o si pudo ser mejor. La radio es la que más y mejor debe decidirse acerca de las oportunidades que se le abren”.
En la primera parte de la premiación, un “jurado radiofónico” (integrado por dos representantes de cada emisora que adhiere a los premios, más los ganadores de las ediciones anteriores) otorgó el premio al Equipo de Producción de programa diario de FM al equipo de Basta de Todo, por Metro; y a la Mejor Programación AM a Radio Nacional. María Seoane, directora de la radio, fue otra de las que tomó el micrófono para dejar sentada postura: “Hay un cambio de paradigma en la comunicación, no sólo dado por la sanación de la ley de medios, tambien por el trabajo de todos los que creemos que la radio tiene que ser un medio de profundización de la democracia”, sostuvo la periodista. Seoane dedicó el premio “a los trabajadores de la radio, y ya que la radio pública tuvo el destino del Estado argentino y fue vaciada, al ex presidente Néstor Kirchner, que a través de Cristina Kirchner continúa la tarea de ampliar la democracia con la pluralidad de voces”.
Un consejo de asesores integrado por periodistas especializados entregó los premios a los destacados del año a Eduardo Marino, conductor de Rincón porteño por Radio Splendid, al programa de entrevistas de Roberto Rinaldi Los mejores de siempre, a Marcelo Stiletano, columnista de Espectáculos y Cultura del programa La mañana de Radio Contiental, al radioteatro Secretos argentinos, una idea del guionista y director Marcelo Caamaño y de la periodista Miriam Lewin, que se emite los domingos de 12 a 13 por Radio Nacional.
Al cierre de esta edición, otros ganadores fueron FM Metro en el rubro Mejor Programación, mejor Programa Musical a La casa del sol naciente, por Rock and Pop, mejor Conducción Femenina de AM a María O’Donell (por La vuelta Continental), y en FM a Elizabeth Vernaci, por Tarde Negra, en la Rock and Pop. En el rubro “Deportes”, el ganador resultó el cantado, Víctor Hugo Morales. El uruguayo, que ya había advertido en su programa matinal que los premios lo ponen muy nervioso –“llego a mi casa con la camisa transpirada”, había contado– sólo atinó a decir: “Al cabo de treinta años que voy a cumplir relatando en la Argentina”. Enseguida, el equipo de producción de su programa La Mañana Cotinental ganó en el rubro Equipo de producción diario de AM. Y Matías Canillán, el Premio Revelación, que comparte con el uruguayo el aire de “Competencia”, también por Continental. “El confio en mi y le debo todo, no es facil trabajar con gente a la que uno admira tanto, porque uno se puede salir defraudado”, le agradeció. “Tuvo coherencia, decencia y coraje se animo en epocas muy dificiles a arriesgar el gran prestigio que tiene por defender valores en una profesion que muchas veces parece dejarlos de costado”. Y enseguida ganó su programa La Mañana en contienntal como mejor programa en am: “Valoro con todo mi corazón este premio”, comenzó a agradecer Víctor Hugo, con la voz tomad apor la emoción. “Pero el premio en realidad es mañana tener un micrófono abierta, para poder decir por ejemplo en este caos con casi todos ustedes como testigos que la Sociedad Interamericana de Prensa miente, y que podemos gozar de la mas alta libertad de expresión en este país”.
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