RADIO › ENTREVISTA A PABLO KOHAN
El investigador y crítico musical, que acaba de asumir la dirección de la emisora clásica de Radio Nacional, ya comenzó a renovar la programación con la intención de que no se convierta en “un mero proveedor de sonidos de fondo con look clásico”.
› Por Diego Fischerman
La dirección de una radio dedicada a la música clásica suele ser cosa de políticos módicamente incultos, músicos fracasados o melómanos empeñosos. Pablo Kohan, recién nombrado como director de la emisora clásica de Radio Nacional, es la excepción. Master en Musicología de la Universidad de Tel Aviv y egresado con Medalla de Oro del Conservatorio Nacional de Música, profesor titular en la Licenciatura de Artes de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, investigador, periodista radial –su programa Según pasan los temas lleva ya 18 temporadas– y crítico musical de la revista Noticias y el diario La Nación, toma la conducción de la radio con la convicción de que “Mozart o Beethoven seguirán siendo siempre Mozart y Beethoven, pero las maneras en que una radio puede difundirlos, darlos a conocer, comentarlos, abrir con ellos determinadas puertas, es decir la forma de comunicar, depende de los distintos modos de pensar esa radio”.
Kohan señala que “Radio Nacional está muy asociada, desde hace muchísimo tiempo, con un estilo formal, serio y cercano al bronce. Y además se excluían determinadas músicas que no se ajustaban a una idea de lo que debía ser ‘la música clásica que gusta’. Mi idea es otra. Por un lado creo que la música va más atrás y más adelante de ese núcleo, que seguirá siendo central pero sin dejar afuera lo anterior al siglo XVII y lo posterior al XIX. Pero además no me interesa esa idea de seriedad impostada. En todas las radios se trata al oyente de vos pero si se trata de música clásica hay que usar el ‘usted’. No tiene sentido. Por otra parte, se trataba de pensar una programación racional, en la que lo que se emita a la noche responda al mismo plan que lo de la mañana. Pensamos distintos segmentos y distintas maneras de agrupar las obras que se divulguen para que, siendo fundamentalmente una radio que pase música, no se convierta en un mero proveedor de sonidos de fondo con look clásico. Había, en el momento en que nos hicimos cargo, 52 programas de personas que nunca hablaban entre sí, jamás consultaban con la dirección ni acordaban con nadie ningún contenido. A veces, las mismas obras se escuchaban el mismo día en diferentes programas. Siete de los programas versaban sobre el mismo tema, la ópera. Ahora, los únicos días en que habrá programas especiales serán el sábado y el domingo, pero eso no significa que el resto no tendrá un sello distintivo. Más allá de que no me rijo por mi gusto –hay cosas que no me gustan aunque sean valiosas y, también, lo contrario–, inevitablemente la selección musical y la elección de un modelo de radio implica una ideología”.
La renovación de la programación llevó, obviamente, al levantamiento de programas. Si bien los colaboradores a quienes se informó el levantamiento de la programación pasada no cobraban, se armó, en palabras de Kohan, “un lío bárbaro” y varios de ellos hablaron, en foros de Internet donde opinan los melómanos, de “atentado a la fuente laboral”. El caso más sonado es, desde ya, el del ex director de la radio, Juan Carlos Montero, quien junto a su hijo Diego conducía desde hace años un programa dedicado a la ópera. Kohan afirma que “en ningún caso se trata de cuestiones personales sino, simplemente, de qué clase de programas quiero para la radio”. En la nueva grilla, todos los días, de lunes a viernes, habrá espacios como La gran aldea o Música documental, dedicados a distintos estilos o distintas miradas sobre la música. Nelson Castro continuará con Lo que el viento no se llevó, los lunes a las 18 (es la única excepción a la regla autoimpuesta, dado que su conductor no puede hacerlo en fin de semana). Los sábados estarán el propio Kohan, con su ya clásico Según pasan los temas, Víctor Hugo Morales con A título personal, La música del espectáculo de Armando Rapallo y Divertimento de sábado por la noche, de Gabriela Borrelli y Nicolás Pichersky. Y los domingos estarán Mario Videla con La cantata del domingo, Bailando sobre el Titanic, de Fabián Persic, el Cancionero de Palacio de Julio Palacio y una novedad, un programa en el que Lito Vitale recorrerá músicas de diversos estilos. “El otro eje que queremos darle a la radio es que sea un espacio para los compositores y los intérpretes argentinos. Y también haremos que el auditorio tenga actividad; que haya conciertos y que puedan ser transmitidos.”
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