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Sábado, 12 de julio de 2014

DANZA › SORPRESIVO ESPECTACULO TANGUERO EN EL HALL DE CONSTITUCION

Sur, estación y después

Bailarines del Combinado Argentino de Danza camuflados con ropa cotidiana, el cantor Guillermo Fernández, la voz en off de Pichuco recitando “Nocturno a mi barrio”. Los pasajeros de la línea Roca disfrutaron de un regreso distinto.

 Por  Sergio Sánchez

17.30. Un tren del ramal Ezeiza llega hasta Plaza Constitución. Una marea de gente avanza a paso firme hacia el subte o en busca de algún colectivo que la lleve a quién sabe dónde. En dirección opuesta, otros tantos hombres y mujeres terminan el día laboral y se dirigen hacia el tren que los llevará rumbo a sus casas. Pero algo pasa en el hall de la estación Constitución. De pronto, algo fuera de lo común rompe con la rutina de cada día. Una voz, hasta el momento desconocida, empieza a recitar unos versos. Al mismo tiempo, el telón cae y aparece mágicamente un escenario. La misteriosa voz calla y desde los parlantes empieza a sonar tango electrónico. Suena “Mi corazón”, del grupo Bajofondo. La conmoción crece cuando un supuesto barrendero toma de la cintura a una aparente oficinista y empiezan a bailar al ritmo del 2x4. A ellos se les suman más bailarines, que minutos antes se mezclaban entre la muchedumbre. De a poco, los pasajeros se convierten en público y se acercan a ver el espontáneo hecho artístico. Se oye, entonces, la inconfundible voz detrás de los versos de “Nocturno a mi barrio”: Aníbal Troilo, alias Pichuco, el hombre homenajeado a cien años de su nacimiento.

Los integrantes del Combinado Argentino de Danza, camuflados con trajes de oficina, ropa deportiva –no falta una casaca argentina–, cascos de motoqueros y todo tipo de vestimentas cotidianas, despliegan una coreografía que conjuga el tango y la milonga con danzas contemporáneas, como el hip hop. Los pibes y pibas se mueven por el hall con total libertad, frente a los ojos de espectadores que miran sin terminar de comprender qué pasa. Cuando el tren proveniente de Alejandro Korn de las 17.45 anuncia su arribo al andén, el cantor Guillermo Fernández y su sexteto de músicos irrumpen en el escenario y regalan una enérgica versión del clásico “Sur”, de la dupla Troilo-Homero Manzi. Fernández se roba todos los flashes y los aplausos consiguen que se arrime más gente. “Siempre digo que Troilo ha sido el más grande músico sin ser un erudito ejecutante, el más grande arreglador musical sin tener grandes conocimientos de armonía e instrumentación, y el mejor maestro de cantores sin tener conocimiento de técnica vocal”, le dice Fernández a Página/12, después de interpretar “Toda mi vida” y “Una canción”. Y remata: “Los más grandes son los músicos intuitivos como él”.

Organizado por el Plan Nacional Igualdad Cultural –una iniciativa conjunta del Ministerio de Cultura y el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios– y el Ministerio del Interior y Transporte, el homenaje se enmarca en el programa “Pichuco x 100. Aníbal Troilo 1914-2014”, que tiene como objetivo conmemorar a través de conciertos, exposiciones y milongas el centenario del bandoneonista. “Me parece una idea brillante, porque es una sorpresa muy grande. La gente que viene de su laburo tiene la posibilidad de ver un espectáculo de tango”, entiende el cantor. Y cuenta: “Es un homenaje muy fuerte; porque Troilo para mí, además de ser un importante músico, ha sido mi maestro. Durante casi un año y medio, estudié repertorio junto a él en su casa de la calle Paraguay. Entonces, tengo recuerdos muy lindos de Pichuco”.

“Queríamos que las personas que están de paso, que bajan o esperan un tren, sorpresivamente se encontraran con estos músicos fantásticos y que, de golpe, Aníbal Troilo les recordara que hoy es su cumpleaños”, explicó el director nacional de Artes, Rodolfo García. “Troilo es uno de los músicos más importantes que ha tenido el país, junto a Carlos Gardel y tantos otros. Los que lo conocieron de cerca saben que fue un tipo entrañable desde todo punto de vista”, concluyó García.

18.25. Mientras el sexteto se despide con las instrumentales “Responso” y “La Trampera” y los bailarines entregan los últimos pasos, el panel electrónico indica que la formación rumbo a Glew está a punto de partir. Un hombre acomoda su bolso de laburo y corre hacia el andén. Entonces, todo vuelve a la normalidad. Pero el fueye de Pichuco otra vez hizo de las suyas en el sur de la ciudad.

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Hubo baile y del bueno en el hall de la estación.
Imagen: Leandro Teysseire
 
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